La plaza de los Naranjos de Marbella luce nueva cara desde el pasado mes de noviembre, cuando el Ayuntamiento de la ciudad decidió renovar su pavimento enchinado, una obra de estilo granadino que representa elementos simbólicos de la ciudad como su origen pesquero o su buen clima, según declaró a La Opinión de Málaga Manuel Pérez, gerente de Picantes S. L., empresa encargada de realizar estos trabajos.

Pérez destacó que acometer la obra «era un reto porque Marbella es muy conocida en todos los lados». Para su diseño se han inspirado en los elementos del entorno, como los escudos de Marbella, las guirnaldas originales de la plaza, los motivos de las rejas del Ayuntamiento o las conchas marinas para «dar el carácter pesquero que tenía el pueblo antiguo de Marbella».

Así, líneas perimetrales rodean el espacio a modo de cenefas en forma de S, unos motivos rescatados del diseño original de la plaza colocados de manera dispersa y que se han dispuesto como marco para crear un diseño más elegante. Por otro lado , los escudos de Marbella coronan las entradas principales de la plaza, ubicadas en su parte central, encabezados con el nombre de la ciudad y la fecha de ejecución a uno y otro lado.

El pasado pesquero de la localidad está representado en las conchas centrales que se extienden a lo largo de la plaza, mientras que los motivos de las rejas de la antigua Casa Consistorial adornan las cuatro entradas pequeñas a modo de guirnaldas.

Por último, «una estrella de corte moruno dispuesta en cinco arcos» rodea el busto del Rey Juan Carlos de Borbón, con un sol en la parte posterior al estar la figura desplazada hacia delante, un elemento representado en la fachada del Ayuntamiento y en callejuelas colindantes como símbolo icónico de una ciudad costasoleña como es Marbella.

El empedrado es de estilo granadino, como el originario, que «utiliza mucho el diseño, el dibujo en sí» y «las piedras se colocan al libre albedrío completamente pegadas» y de manera desordenada al contrario que el estilo cordobés, que va haciendo líneas, para lo que se han utilizado materiales como la pizarra, el basalto y el mármol de la localidad almeriense de Macael.

La conjunción de las distintas piedras conforman elementos en blanco y negro como la colocación de la pizarra en espigas o el basalto dispuesto en conchas en la parte central del paseo, un material «más compacto y duro» para evitar que las piedras se vean afectadas y su posible deterioro por el arrastre de las sombrillas, cuyo mantenimiento requiere de limpieza y baldeo, señaló Pérez.

La compañía, radicada en Granada y con años de experiencia, ha realizado trabajos de restauración de La Alhambra y su parador nacional, del Generalife o del Santuario de Nazareth, en Israel, siendo «la cuarta generación de la familia que se dedica a hacer el empedrado de calles».

En cuanto al debate sobre el uso de la plaza, Pérez valoró que «los espacios púbicos están para eso», aunque remarcó que «muchas familias comen de la hostelería». En este sentido, matizó que la instalación de mesas no causa un perjuicio, pero sí el arrastrar la base de hormigón de las sombrillas, que sí pueden dañar las piedras.

Farola Histórica

Colectivos del Casco Antiguo piden instalar la farola de la plaza de África en su ubicación original, un elemento del siglo XIX que se instaló en la plaza de los Naranjos, justo donde hoy se eleva la figura del Rey.