La sociedad cultural y recreativa Casino Marbella ha celebrado esta semana una jornada para rememorar la figura de Rogelio Vigil de Quiñones, médico y militar nacido en Marbella en 1862, que destacó por su actuación en el asedio de la iglesia de Baler, en el marco de las guerras hispano- filipina y la posterior hispano-americana del final del siglo XIX, para combatir la epidemia del beri.

El acto se enmarca dentro de las primeras jornadas históricas que organiza la sociedad recreativa, para lo que contó con la participación del autor del libro Los últimos de Filipinas, mito y realidad del Sitio de Baler, Miguel Leiva Ramírez, quien aportó datos biográficos de la figura del médico, y de Miguel Ángel López de la Asunción, que centró en su actuación durante el asedio en el Sitio de Baler.

La relación de Vigil de Quiñones con la ciudad de Marbella se refiere a su infancia, ya que de joven se trasladó a Granada para estudiar Medicina, donde se licenció en 1886, ejerciendo once años como médico rural en La Alpujarra granadina, hasta los 36 años.

De aquí, pasó a Filipinas, donde en 1898 Vigil de Quiñones «fue designado para marchar a Baler para instalar una enfermería durante la aparente paz de Biak-na- Bató», coincidiendo a su llegada con la del destacamento del teniente Juan Alonso Zayas, el capitán de Las Morenas o el teniente Martín Cerezo, junto a 50 cazadores del Segundo Batallón Expedicionario, explicó Leiva.

La supuesta paz de Biak-na- Bató acabó con la primera insurrección de Filipinas para conseguir la independencia entre 1896 y 1897.

Posteriormente, tuvo lugar la guerra hispano americana, que terminaría con la pérdida de las colonias por parte de España con el Tratado de París, en diciembre de 1898. En ese año tuvo lugar el asedio de la iglesia de Baler, en la que se encerraron « 50 españoles, desde el 30 de junio de 1898 hasta el 2 de junio 1899, que desconocían el curso de la guerra y cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. «No conocían que España ya había perdido sus posesiones porque Baler está en un zona aislada de la isla de Luzón», apuntó Miguel Leiva.

En total fueron 337 días en que los españoles mantuvieron su lucha encerrados en una iglesia sin saber lo que estaba pasando en el resto del archipiélago, siendo destacada la participación del médico de origen marbellí: «Gracias a él se logró salvar la epidemia de beri-beri»que se desarrolló dentro de la iglesia.

La enfermedad, significa en cingalés «no puedo - no puedo». La dieta del destacamento, con ausencia de carne o vegetales y basada prácticamente en la ingesta de arroz descascarillado, provocó la enfermedad, que se debe a la falta de tiamina o vitamina B1 y genera«un cuadro espantoso que dura dos semanas ya que la enfermedad actúa sobre el sistema nervioso y te va paralizando hasta que llega un momento en el que mueres, porque no te puedes mover y el paciente presenta un cuadro en el que pierde la razón, tiene delirios y fiebre alta».

Ante esta situación, Vigil de Quiñones intuyó que introduciendo cambios en la alimentación podrían mejorar algunos de sus hombres y, con ello, el teniente Cerezo ordenó quemar las casas de alrededor de la iglesia para abastecerse de los alimentos del entorno aportando frutas o verduras y crear un huerto.

Una vez que el destacamento conoció que España había perdido sus colonias, capituló y regresó a la Península Ibérica en septiembre de 1899, donde Vigil de Quiñones continuó con su carrera militar e ingresó en la academia de la que salió como oficial médico con varios destinos como Sevilla, Tenerife, Pamplona, Jerez, Barcelona o Melilla, participando en la Guerra de Marruecos, concretamente en la llegada de los heridos del Desastre de Annual, que le pilló en el hospital de Melilla en 1921, una batalla que supuso la derrota militar española ante los rifeños.

Finalmente, el médico militar falleció en Cádiz en 1934, aunque en la década de los años 40 del pasado siglo sus restos fueron trasladados al Cementerio de La Almudena de Madrid y depositados en el monumento que hay en honor a los héroes de Cuba y Filipinas.