La Demarcación de Costas ha dado comienzo esta semana a las obras de saneamiento de la Torre del Cable, un vestigio industrial que forma parte del pasado minero de la ciudad y que se pretende poner en valor con esta actuación, que se prolongará durante tres semanas y tendrá un coste de 130.000 euros.

Los trabajos se han iniciado en el mes de julio con el objetivo de actuar con la mar en calma. El pasado lunes comenzaron los trabajos de preparación del entorno, aunque el oleaje impidió su pleno desarrollo. Y es que el proyecto implica la instalación de una plataforma de aproximación que será visible en los próximos días y permitirá a los los operarios trabajar en el antiguo cargadero, según destacaron fuentes la Subdelegación del Gobierno.

El proyecto de saneamiento de la Torre del Cable será ejecutado por la empresa Tragsa bajo la supervisión de la Demarcación de Costas. La hoja de ruta contempla la retirada de la pintura y la demolición de los elementos sueltos de la propia estructura a través de mangueras con arena a presión, con la dificultad de que muchos elementos están oxidados debido al deterioro de la torre, además del plomo y otros metales de la pintura, por lo que se instalarán redes de contención para evitar la contaminación del mar.

Los trabajos de rehabilitación de este vestigio industrial llegan después de años sin actuar en la estructura, en la que no se han realizado tareas de mantenimiento desde su construcción, en el año 1957, lo que ha generado durante este tiempo desprendimiento de elementos y un estado de deterioro.

Ahora, su reforma «ayudará a valorar el patrimonio industrial de la ciudad», según destacó Plácido García, ingeniero de Minas y miembro de la Sociedad Española de Defensa del Patrimonio Geológico y Minero.

El experto valoró que los trabajos serán suficientes para rehabilitar la torre y «reactivar su recuerdo». Plácido García resaltó que la torre forma parte de la tercera etapa del pasado minero de Marbella y de la explotación de las minas del Peñoncillo para la extracción de magnetita. El inicio de la actividad minera en la ciudad data del período comprendido entre 1830 y 1900, siendo las minas de Ojén explotadas por la familia Heredia.

La segunda etapa data desde principios del siglo XX hasta la Guerra Civil cuando la familia Heredia vende los derechos a la empresa inglesa The Marbella Iron Ore. La tercera es la gestionada por la empresa Ferarco desde el final de la década de los 4o hasta el año 1973.

Es en este último período cuando la compañía vasca renovó el sistema de descarga de las minas, siendo transportado el mineral en un principio por vía terrestre al puerto de Málaga desde el parque mineral, una especie de almacén ubicado donde se levanta hoy el Polígono La Ermita.

Posteriormente, la magnetita se trasladaba en barcazas hasta los barcos que amarraban cerca de la costa de Marbella. En 1957 la compañía instaló un nuevo sistema con dos unidades de cable y cangilones, uno que bajaba desde la mina hasta el parque mineral y el segundo entre éste y la torre de descarga, que hoy rehabilita Costas y que funcionó hasta 1973, fecha en la que se dejó de extraer el mineral en la ciudad, según destacó el experto.