La corporación municipal aprobará de forma provisional en el pleno de noviembre, que celebra el viernes de la próxima semana, las normas urbanísticas del PGOU de 1986, que la concejaal de Ordenación del Territorio, María Francisca Caracuel, definió ayer como «las reglas del juego del urbanismo en el municipio y que determinan qué se puede hacer y qué no con el Planeamiento». El PGOU de 1986 entró en vigor después de que el Tribunal Supremo anulara el de 2010.

Tras la aprobación inicial, el documento se remitirá a la Junta de Andalucía para que la delegación provincial de Medio Ambiente se pronuncie y emita el informe preceptivo, para lo que dispone de un mes. Posteriormente, volverá al pleno para que la Corporación municipal lo apruebe de forma definitiva. El equipo de gobierno confía en que las normas urbanísticas entren en vigor en enero o febrero.

La modificación de las normas urbanísticas permitirá hacer obras de ampliación, mejoras y reformas en edificaciones que se encuentran fuera de ordenación tras la anulación del PGOU de 2010.

Además, servirán para autorizar el uso de hostelería en las primeras plantas de viviendas del Casco Antiguo, régimen que aparecía en el anterior PGOU.