La ´bronca´ política se ha trasladado en Marbella a asociaciones teóricamente apolíticas. El asunto más repetitivamente polémico es la educación. Partido Popular y socialista dedican el curso escolar a reprocharse la falta de inversiones en la localidad ya sea para el mantenimiento de los centros escolares existentes o la creación de nuevos. Hasta ahora, las asociaciones de padres y madres (AMPAS) estaban unidas para defender los derechos de los alumnos a través de un mismo portavoz. Ya, no.

La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos en Marbella, FAPA Mainake, se mantiene como el único colectivo local que agrupa las demandas de los progenitores. En total, 27 asociaciones de colegios e institutos públicos de Marbella están federadas, confirmó a este diario su presidenta, Ana María Cruzado. Pero "hay tres AMPAS que han decidido irse", añadió.

División. Los colectivos de padres y madres de los centros Pinolivo, Platero y Santa Teresa ya no forman parte de FAPA Mainake. "No son los únicos", declaró Nuria Montañez, representante del AMPA del colegio Platero. "En total somos más de quince los centros que no estamos de acuerdo con la gestión de Ana María Cruzado al frente de la federación y que, por ello, no queremos que nos represente", explicó. La presidenta de Mainake reconoce la existencia de otros cuatro centros escolares (Bocanegra, María Auxiliadora, Sierra Blanca y Las Dunas) que no pertenecen al colectivo. "Pero no porque se hayan salido ahora, sino porque no pertenecían de antes".

Para Montañez, el origen del problema se encuentra en la afiliación política de Cruzado. "Ella es secretaria de participación ciudadana del PSOE en Marbella y, claro, llega el momento en que dejas de ser objetiva", argumentó.

La representante del AMPA del colegio Platero cree que la presidenta de la federación falla en las formas y "siempre que hace una declaración no habla en nombre de todos los que dice representar, sin ser así", denunció.

Cruzado entiende las discrepancias que puedan existir, pero tampoco apoya las formas. "Si no estaba de acuerdo con algo sólo tenía que haberlo comentado en cualquiera de nuestras reuniones. Pero claro, para ello, hay que acudir a las convocatorias", justificó.

La portavoz de Mainake sospecha que "existen otros intereses de por medio". Y todo apunta a la política y a la cercanía de las elecciones municipales. "Nadie quiere colectivos que discrepen". Parece que, al final, quienes perderán serán los escolares.