Eran amigos desde la infancia, veinteañeros con toda la vida por delante. Perdieron la vida en un intervalo de cinco meses, ambos en la carretera, uno en coche y el otro probando una motocicleta que estaba a punto de comprar. Sus accidentes están plagados de incógnitas para sus familias que luchan para conocer la verdad sobre lo sucedido.

Es la historia de Carlos y Raúl, vecinos de Ronda. Los familiares de ambos jóvenes consideran que los informes de sendos accidentes son «contradictorios», asimismo el padre de Raúl busca testigos.

Raúl, quien probaba una motocicleta que quería comprar, colisionó en el lateral con una furgoneta en la carretera que une Coín y Marbella, la A-355 en el kilometro 28,700. Un vía de tres carriles, uno dirección Marbella, en el que circulaba el joven, y dos hacía Coín. Los hechos ocurrieron el lunes 12 de mayo de 2014 a las 18.10 horas.

La furgoneta adelantó a dos vehículos con la mala suerte de encontrarse con la motocicleta en la mediana de ambos carriles, en una de las curvas de la carretera, según informó a La Opinión de Málaga Guillermo Gómez, el padre del joven. Raúl se dañó la pierna y murió desangrado en el hospital.

El radar captó a la motocicleta a una velocidad menor de 50 kilómetros por hora. «A mi hijo le encantaban las motos y tenía bastante experiencia», señaló Guillermo.

Gómez lamentó no tener más testigo que un vecino de la persona que conducía la furgoneta: «es una carretera muy transitada, a esa hora suben a Coín los trabajadores de Marbella, necesitamos saber algo más. Tiene que haber más testigos».

«El testigo decía que mi hijo invadió el carril contrario, pero hay muchas contradicciones porque el niño acabó en el carril por el que circulaba», expuso Gómez, quien insistió que «no me puedo quedar quieto. Es muy fácil echarle la culpa a quien ya no está».

Otra de las circunstancias que empañan el suceso, según el padre del joven, es la retirada del vehículo antes del atestado.

Cinco meses antes perdió la vida Carlos, concretamente, el sábado 28 diciembre de 2013. Ese día el joven conducía el coche acompañado por sus dos hermanas por la carretera A-357, entre Campillos y Málaga. Una vía de dos direcciones, donde Carlos falleció en el acto, a sus 24 años, tras una colisión lateral con otro vehículo que «estaba adelantando y puso el coche de mi hijo casi volando. Mis hijas se salvaron, pero aún tienen secuelas» subrayó Carlos Ruiz, el padre del joven.

En este caso, dos testigos aseguran que vieron adelantar al vehículo que chocó con el coche de Carlos «a una gran velocidad, invadiendo el carril contrario».

El juicio de faltas está abierto dejando de lado la vía penal, a pesar de que el informe de la Guardia Civil indicó que «el conductor del otro vehículo circulaba entre 179 y 217 kilómetros por hora. Han tenido en cuenta la velocidad más baja, pero vamos a intentar que vaya por lo penal», apuntó Carlos.

Ruiz lamentó que el conductor siga circulando «con el mismo vehículo» cuando «no tenía ni seguro ni ITV e iba con las ruedas gastadas» cuando a Ruiz no le ha permitido la jueza retirar el BMW que conducía su hijo.

«La jueza dijo que la alarma social había desaparecido y no era pertinente retirarle el carnet al otro conductor» indicó el progenitor.

Carlos Ruiz critica el informe de la Guardia Civil por que, según él, «tiene varias incongruencias, como que la vía tenía un límite de 90 kilómetros por hora, cuando es de 100 y eso es solo el principio».

Tras meses de lucha la familia de Carlos ha conseguido que la Unidad Central de la Guardia Civil reconstruya en los próximos días el accidente por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Málaga, según explicó el padre del fallecido, también delegado de la plataforma Stop Accidentes en Málaga.

Carlos y Guillermo, junto con sus familias, solicitan la ayuda ciudadana para esclarecer los hechos de sendos accidentes. No culpan a los conductores de los otros vehículos, pero necesitan conocer «claramente como ocurrió todo para hacer justicia».