­En los últimos meses la provincia de Málaga ha experimentado un repunte de casos positivos en lo referido a ganado vacuno infectado de tuberculosis. Sin embargo, desde la Junta de Andalucía aseguran que esto atiende a las nuevas medidas puestas en marcha por el Gobierno andaluz para controlar mucho más esta enfermedad. Según los datos de la propia Administración regional, el año pasado se contabilizaron en la comarca de Ronda un total de 41 rebaños con casos positivos de tuberculosis y, en concreto, 207 vacas portadoras de la enfermedad. También, la comarca de Antequera presentó datos elevados en 2015, con hasta 10 rebaños afectados y 134 ejemplares contagiados.

Para paliar esta situación, la Junta desarrolla desde 2014 un plan de erradicación, caracterizado por un control mucho más exhaustivo de la enfermedad y el cual cuenta con un personal mucho más preparado en estas labores. Según manifiesta el delegado de Agricultura en Málaga, Javier Salas, el objetivo es «tener la enfermedad controlada lo máximo posible, para acabar con esta problemática». Por ello, llevan a cabo controles cada seis meses o cada año, según la tipología de ganado, en los cuales se realizan dos pruebas: la inyección de la tuberculina y una complementaria.

En este sentido, el responsable de sectores ganaderos de COAG Andalucía, Antonio Rodríguez, resalta la necesidad de «erradicar las enfermedades poniendo todos los medios a disposición» y achaca el aumento de los casos positivos a la nueva forma de realizar los controles por parte de la Junta de Andalucía.

Los ganaderos son los principales afectados por el contagio de tuberculosis a las vacas. En el caso concreto de Salvador Romero, productor de leche de Alameda, ya son 46 ejemplares los que ha tenido que sacrificar por ser portadores de la enfermedad. Esta cifra supone unas pérdidas de unos 3.000 euros al mes aproximadamente, algo que lamenta Salvador, que encuentra «dificultades para pagar a los trabajadores».

Otro de los ganaderos de la misma zona, José Velasco, ya se ha visto obligado a sacrificar a cuatro vacas por tuberculosis, suponiendo para él unas pérdidas mensuales de 400 euros. «Las pérdidas son importantes pero también tenemos la incertidumbre de que se vuelvan a dar casos positivos», reconoce.

Además, los ganaderos no pueden recuperar los ejemplares sacrificados, pues no está permitido adquirir ni vender ganado hasta que no cuenten con el total de las vacas de la explotación sanas.

Sin embargo, la enfermedad no supone un riesgo para la población, según reconocen tanto desde la Junta de Andalucía como desde COAG. Aunque Javier Salas sí señala que puede existir algún peligro para los ganaderos, que son los que se encuentran en contacto con los animales, pero en ningún caso para el consumo.

@ccasadob