Alozaina siempre le ha tenido una devoción especial a la figura de la Cruz. Las cruces de la Fuente del Albar, en la salida del pueblo hacia Málaga, y la de Fuentegrande hacia Coín, siempre han lucido flores no sólo por el mes de mayo, dedicado al símbolo cristiano, sino que además familias enteras han cuidado durante décadas de ellas a la salida del pueblo de una forma singular.

«Mi suegra echó una manda por mi hijo cuando yo estaba embarazada. Se encomendó a la cruz de la Fuente del Albar que está al final de la calle donde vivimos. Esta promesa consistía en blanquear y llevarle flores todos los meses de mayo hasta que muriese», cuenta la vecina María Pérez sobre la desaparecida María Gil Rivas, conocida en la localidad como María la ajuma.

Su suegra murió pero ella junto a sus hijos y nueras siguieron esta relación con la cruz. «Mi hijo ya tiene 45 años y desde hace unos años se han unido mi hija, mi nuera y vecinos de la calle a esta tradición de engalanar a la cruz por su día», asegura Pérez.

En la calle Barrio Hondillo, donde viven las vecinas que engalanan la cruz del abrevadero de la Fuente del Albar, también se hace una cruz la tarde de la víspera a la romería, es decir, el primer sábado del mes de mayo, en la puerta de una de estas mujeres. Así, concursan en el certamen de cruces de mayo que fue recuperado en 1988 por el grupo de La Pasión de Alozaina y que en estos últimos lustros organiza la Hermandad de la Vera Cruz y el propio Ayuntamiento.

Son varios altares dedicados este signo cristiano los que confeccionan los vecinos en distintos puntos del municipio para concursar y también para divertirse, puesto que no falta en cada uno de estos retablos florales el vino, la sangría, la chacina y algún que otro dulce. Estos altares son construidos a base de flores, plantas, manteles y colchas hechas a mano y también se puede admirar algún que otro antiquísimo útil de labranza o doméstico.

También, en la calle Vera Cruz se adornaba una desaparecida cruz en la que durante todo el mes de mayo se comía, cantaba y bailaba los llamados fandangos de Jorox, el baile típico de esta localidad perteneciente a la Sierra de las Nieves.

Este mismo sábado muchos vecinos, tras la celebración del citado concurso se van a pasar la noche a la pedanía de Jorox, valle natural protegido por la Unesco y situado entre los pueblos de Alozaina y Yunquera, lugar en el que se celebra desde 1949 la Romería de la Santa Cruz de Jorox el primer domingo de mayo.

Una vez en Jorox se oficia, como es costumbre desde sus orígenes, una misa en honor al símbolo cristiano en el lugar llamado Las mesas; una explanada en la que se puede contemplar el valle de huertas y naranjales que baña el río Jorox y que también surte de agua a Alozaina.

Se bailan los fandangos frente a la cruz y se eligen a las nuevas mayordomas de la hermandad de los verdes para terminar en un día festivo entre las huertas y frente a la ermita del Santo Cristo de la Veracruz con cantes y bailes típicos.

Los interesados aún están a tiempo de asistir esta tarde al concurso de las cruces, que tendrá su continuación con la citada romería en la pedanía de Jorox mañana domingo.