Resulta preocupante la falta de autocrítica de nuestros gestores. Ninguno de los 31 concejales del Ayuntamiento de Málaga se ha mirado al espejo antes de contestar sobre qué balance hacen de casi tres años de trabajo. Ninguno. Los del PP tiraron de manual, del argumentario político, y responsabilizan a los gobiernos socialistas de España y Andalucía de la parálisis de numerosos proyectos en la ciudad. Igual de preocupante son las respuestas de los concejales socialistas, que no cuestionan si Málaga obtiene el apoyo económico y político necesario por parte de la administración regional y central. Es más cómodo denunciar que Málaga no tiene el equipo de gobierno que se merece. Es difícil que una comunidad prospere si no hay autocrítica. Y menos cuando lo que sobra es la crítica fácil y partidista. Cierto es que la gestión que ha desarrollado durante estos tres años el equipo de gobierno que dirige Francisco de la Torre ha estado condicionada por los recortes presupuestarios debido a la galopante crisis y por los efectos de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Pero ello no debería impedir que el resultado de la gestión fuera más positivo.

A los grandes logros en las áreas de Movilidad, Bienestar Social, Mujer, Turismo y Economía y Hacienda, hay otras áreas que, por diversos motivos, presentan un balance con más sombras que luces. Urbanismo sigue empantanado con la aprobación del PGOU y con los grandes proyectos aún en la categoría de promesas; en Seguridad poco se ha avanzando en las jefaturas territoriales; en Medio Ambiente poco se conoce del plan de optimización del consumo o de los parques de limpieza en varios distritos; en Nuevas Tecnologías la creación de la concejalía navega sin banda ancha y con el wifi desconectada y en Parques y Jardines nada se sabe del gran parque de los juegos y de otros tantos parques. Seguramente el equipo de gobierno del PP tendrá razón cuando denuncia que no siente el calor y respaldo de las administraciones socialistas o que muchos de sus proyectos depende de la financiación de fondos europeos. Seguro. Pero también deberían analizar si el discurso victimista y el de la confrontación, a parte de votos, genera beneficios reales para los ciudadanos.