No invertir en educación saldrá caro», ha dicho Adelaida de la Calle, la rectora de la Universidad de Málaga. Ya está saliendo caro, habría que añadir. Ya es incluso tarde a tenor de la educación y buenos modales que exhiben algunos políticos. Pilar Rahola llamó ayer guarra a María Dolores de Cospedal. Guarra o puerca, dado que había una interesantísima disputa científica en redes sociales sobre la traducción más exacta, desde el punto de vista filológico pero también desde la intencionalidad del emisor, del término «porca». Término originalmente empleado por Rahola, que parece más bien emparentado con el castellano puerca y aunque no exento tampoco de negatividad sí parece incluir menos matices controvertidos que el sin duda más agresivo y sonoro «guarra». Rahola, independentista ella, introduce de paso una costumbre españolísima y castiza, o sea, insultar al disidente. Al disidente de ti, Cospedal no disiente de nada, es así de fiel al Gobierno, por eso recita tan bien los argumentarios que le pasan los escribas de Génova. Da igual de qué hable, de que sea Mas o Perenganito Pérez. Lo suelta y sanseacabó. Cospedal es ambiciosa y cree que el camino más corto entre dos puntos es la línea recta... de un titular de periódico. Por eso dice cosas tremebundas, no ahora sobre Mas, sino siempre. A veces, la mayoría, le contestan desde la oposición con un tú más. Otras veces, como esta que nos ocupa, se le contesta con un rebuzno. Adelaida de la Calle ha alertado de que la disminución en un 18 por ciento en educación superior y en un ochenta por ciento en los gastos no financieros en I+D+i prevista en los Presupuestos Generales del Estado para 2013 puede tener efectos graves e irreversibles. El panorama es como para echarse a temblar. Aún hay gente que es capaz de coincidir contigo en un ascensor y no dar los buenos días, pues imaginemos si recortan en un 18 por ciento el gasto en Educación. Nuestros hijos serán nuestros macarras. Nuestros sobrinos creciditos, incluso. Un dieciocho por ciento menos es decir un 18 por ciento menos veces buenos días o buenas tardes. De descubrir penicilinas, ni hablamos.

Con la inversión a la baja en Educación, confundir con urbanidad, dentro de unos años dirás hola qué tal y te responderán guarro o puerco. Quienes no entienden nada de esto, y no es por llamarlos cretinos, son quienes estiman que la crítica política al recorte en Educación es una crítica partidista. Los rectores la harían gobernara (o gobernase) quien gobernase. Pero en fin, eso es otra historia. Que a este paso dentro de nada no será materia obligatoria.