Andalucía, la comunidad de los casi 1,5 millones de desempleados y de la tasa de paro del 35,86%, dejará de ser región «objetivo 1» en 2014, lo que supondrá una sensible merma de los fondos estructurales y de cohesión que hasta ahora ha venido recibiendo de la UE para financiar proyectos de infraestructuras o de formación. El tema ya se veía venir desde hace tiempo, exactamente desde las últimas ampliaciones masivas de la UE hacia el este. Griñán nos hizo el cuerpo y esta semana lo confirmó de nuevo en Bruselas el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, que augura un presupuesto comunitario más restrictivo que nunca para el marco 2014-2020. La contabilidad juega a veces malas pasadas y la evolución del PIB andaluz entre 2007 y 2009 determina que la región supera ya el 75% de la renta per cápita europea o, lo que es lo mismo, que hemos dejado de estar en el furgón de cola de las regiones europeas. Decían los teólogos medievales en sus discusiones bizantinas que cualquier cita de la Biblia podía servir para defender tanto una tesis como su contraria porque tenían una «nariz de cera» que siempre se podía torcer hacia el lado que a uno más le interesara. Las estadísticas son iguales. Unas décimas de PIB por aquí, un porcentaje de renta por allá, y nuestro cicatero vaso medio vacío se convierte para Europa en una lustrosa jarra medio llena, por mucho que las colas del paro nos digan a los andaluces que estamos mal, peor que nunca. El avance de Andalucía a nivel europeo no se debe tanto a un incremento de la economía andaluza -algo que para nada sería un problema- como a las últimas ampliaciones de la UE, donde han entrado un aluvión de países con regiones mucho más empobrecidas que nos han quitado el puesto de máximos necesitados. Pero «a perro flaco, todos son pulgas», dice el refrán. Los números, como las armas, los carga el diablo y a Andalucía le han explotado en la cara en el momento más inoportuno. Se comenta en los pasillos de Bruselas que los fondos Feder para Andalucía, por ejemplo, pueden caer de entrada un 40% y que las partidas irán disminuyendo a medida que avancemos hasta 2020. Así que de pasar el platillo en la UE en situación de privilegio vamos a pasar a partir del próximo año a hacer cola y a conformarnos con las migajas. La delegada de la Junta de Andalucía en Bruselas, Francisca Pleguezuelos, nos comentaba a los periodistas que hemos ido esta semana a Bruselas que queda mucha pelea a lo largo de 2013 antes de que el presupuesto comunitario se cierre pero reconoce que las cosas están difíciles. Otro tajo que le pueden meter a Andalucía vendrá a través de la Política Agraria Común (PAC), donde se quiere generalizar las ayudas por hectárea al margen de otros condicionantes que siempre habían beneficiado a nuestros agricultores. Normal teniendo en cuenta que los estados quieren reducir en 110.000 millones el presupuesto de la UE. En Bruselas también se nota la tijera de Merkel.