Cartas al director

Fiscales que actúan como abogados defensores, una Audiencia Nacional ideologizada, un Tribunal Supremo extremadamente conservador, un Consejo General del Poder Judicial revestido de intereses ocultos y un Constitucional que con sus últimos cambios ya veremos. Este es el verdadero panorama de un Poder del Estado, el Judicial, que nunca pasó por el cedazo de la «Transición» y como consecuencia, la impunidad que percibe la sociedad en determinados procesos abiertos contra los que se saben «intocables».

Y ahora se entiende el por qué del acoso a todo aquel que se salta «la norma» o que intenta cambiar la tendencia y el ejemplo más clamoroso lo tenemos en «la vía alternativa para el acceso a la carrera judicial» que propuso Mariano Fernández Bermejo, ministro de Justicia con Zapatero; que consistía en buscar la excelencia entre los mejores expedientes de la Universidad Pública para que fueran directamente a los centros de formación y proponer a juristas de renombrado prestigio en el ámbito privado, para puestos de relevancia en los Tribunales Superiores y claro está, como aquello iba contra la «aristocrática endogamia judicial» que maneja y filtra el actual sistema, el intento se quedo en una campaña de desprestigio contra el ex ministro fundada en una triste cacería.

Ilusos somos si pensamos que la democracia va a acabar con esto, porque hay poderes que se heredan y que solo se detentan desde las entretelas.

Francisco Javier España Moscoso. Málaga