¿Qué le pasa a Brasil? Los doctores no saben: un día le duele una cosa y otro le duele otra, pero se siente mal. Dilma Rousseff, la presidenta, les ofrece como calmante un placebo diferido, Estado de Bienestar. Hay quien dice, banalizando el síndrome, que, simplemente, las cámaras del mundo están hoy allí, y la gente se asoma para hacerse notar en lo global. Canetti, a quien tanto cito (una persona amiga me dice que es vulgar hacerlo), no acabó de perfilar su estudio de la masa, y esto nos deja inermes. ¿Se juntará la masa porque sí? Aunque sobran motivos en Brasil, no afloran en concreto en las pancartas. ¿Una revuelta contra el fútbol, en cuanto religión de Estado (y de estadio)? ¿Un modo de hacer oír su fuerza las redes, pidiendo un sitio en el poder?, ¿o será en el fondo la cosa contra las redes, para hacerlas verdad con la cercanía de los cuerpos, cansados del contacto virtual?