Gazpachuelo y pensiones

Los gestores del Estado nos arruinan con sus impuestos inquisitoriales en este país comprando bienes de importación que se elaboran con mucha mejor calidad en España. El Estado tiene una deuda pública igual al PIB. Le debemos dinero hasta a «Corea del Norte». La deuda de España no se puede pagar en la vida si seguimos comprando productos de importación y los gestores de las administraciones del Estado siguen importando vehículos de más de 70.000 euros para fardar de poderío que no tenemos con pólvora ajena. El día después a las elecciones generales de diciembre 2015, gane quien gane y se encuentren nada más con deudas, los gestores menguarán las pensiones de 2.000 a 1.000 euros, de 1.000 a 500 euros, de 500 a 250 euros, de 250 a 125 euro ... No tengo ningún interés en acertar pero vayamos ya aprendiendo a cocinar gazpachuelo con clara de huevo y muchas papas cocidas. Bartolomé Florido Luque, Torremolinos.

Juego sucio

La noticia sobre las artimañas de la compañía Volkswagen nos ha dejado un poco perplejos. Los sistemas de control sobre emisiones de gases, que algunos de sus vehículos incorporaban, eran falsos. No existían. Lo único que controlaban era anticiparse al propio control; ese que los organismos competentes aplicaban para ver el cumplimiento de la normativa sobre contaminación del aire. Un sistema informático en el vehículo detectaba esta prueba contaminante y cambiaba los datos reales por otros falsos, que se aproximaban a los exigidos como un buen reloj.

Este juego sucio en la industria viene a confirmar la tónica general del pillaje que las compañías mercantiles ponen encima de la mesa para afrontar, sin escrúpulos, épocas de crisis. Hoy la del automóvil; mañana, Dios dirá. A este paso no se libra ni la Macarena bendita. Jesús Sánchez-Ajofrín, Mijas