Se ha venido repitiendo, y con razón, que el auge de las exportaciones es una de las escasas buenas noticias que nos ha dejado la crisis. Málaga se mueve en este 2015 de nuevo en cifras récord (más de 1.000 millones hasta julio, con un 16% de subida sobre el año anterior) y cada vez son más numerosos los foros de apoyo a las pymes para ayudarles a dar el salto el mercado exterior. La última muestra es la Jornada de Internacionalización para la Pyme celebrada este miércoles en el Palacio de Ferias, y que reunió a más de 400 profesionales. Tampoco hay que llamarse a engaño. Málaga partía de unos niveles de exportación muy bajos ya que, hasta el estallido de la crisis, las empresas solían fiarlo casi todo a la fortaleza del consumo interno. Un error estratégico reconocido por el propio presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara. El desplome de la demanda interior obligó a ponerse las pilas y el resultado es que las ventas al exterior de la provincia han aumentado desde entonces un 66% desde 2008, cuando apenas se alcanzaban los 980 millones ¿Se ha mejorado? Por supuesto ¿Queda camino por recorrer? Casi todo, teniendo en cuenta que Málaga es sólo la sexta de las ocho provincias andaluzas en volumen de ventas al exterior, con sólo el 6% del total de la comunidad. El presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Jerónimo Pérez Casero, suele recordar que el principal reto es elevar la cifra de firmas exportadoras. Según Extenda, el número de empresas malagueñas que comercian con el exterior ha crecido un 40% desde 2009 y alcanza las 4.500. Muy pocas si las comparamos con el conjunto del empresariado malagueño (más de 55.000), y más teniendo que tan sólo 765 de ellas han hecho de la internacionalización una estrategia continuada de negocio (el resto, sólo exporta de forma esporádica). Mantener y aumentar la apuesta por los mercados exteriores es uno de los retos del empresariado malagueño para 2016 aunque ayer Analistas Económicos de Andalucía advirtió de que las cosas fuera se están poniendo más difíciles. Los vaivenes de China, incluida la devaluación del yuan, y el deterioro de las economías emergentes perfilan un panorama de incertidumbre donde exportar más y mejor será una tarea ardua. Pero es una batalla que Málaga y sus empresas no pueden rehuir. El asalto al mercado global no puede esperar más.