Non son cuentas para soñar. Ni despierto ni dormido. Ni siquiera para una siesta de pijama y orinal, como mandan los cánones del siestero profesional -aunque eso del orinal es sanitariamente cuestionable-. Los presupuestos de la Junta para el año próximo son apenas una siesta ligera que nos evita el mal sueño de la inactividad. Sólo hay dinero para continuar lo que estaba parado y para el metro. La ilusión por las nuevas cuentas se reduce únicamente a tenerlas y saber que hay edificios que estaban cerrados por falta de dinero que puede que abran a lo largo de 2016. En fin, que la recuperación habrá llegado, pero seguimos con unas cuentas de época de guerra.

No quiero entrar en decir si son mejores o peores que los presupuestos del Gobierno. Para eso están los partidos, que suman, restan, dividen o multiplican las partidas para ajustar las cifras a los argumentos que tienen escritos desde hace semanas. Ya le tocó el turno al PP recibir las críticas del PSOE por unos magos presupuestos del Estado y ahora el juego es al revés.

Lo que me llama la atención es la falta de ideas para el futuro. Las administraciones han llegado a un punto de parálisis en el que sólo importa gestionar lo que hay y terminar los proyectos que estaban pendientes. No hay una mirada al futuro ni un intento por hacerla. La actitud acomodaticia me resulta llamativa, quizá motivada por años de proyectos megalómanos, caros y excesivos, que todavía se están pagando y que han quitado las ganas de hacer nada. Lo entiendo. Pero si no quieren centrar los esfuerzos en construir, al menos que planteen algo que no sea hacer cursos y tapar agujeros.

El problema de fondo me parece que son los costes. Las infraestructuras no sólo han supuesto un desembolso millonario durante años, algunas todavía en proceso de construcción. También generan unos gastos que condicionan el futuro de las cuentas. Por ejemplo, lo preocupante del metro no son los 800 millones que va a costar, sino que en el mejor de los casos -si se termina lo que está previsto- costará 70 millones al año. Más si queda algún tramo pendiente. Eso sí quita al sueño.