Si las costuras saltan por todos lados no entiende uno muy bien, más allá de la carestía de dinero, el porqué de esta inacción que sigue postrando a la justicia. Amargados estamos ya de desayunar todos los días con casos de corrupción, con sinvergüenzas que presumían de limpieza y acusaban según el dinerito que recibieran sus cuentas corrientes, de políticos riéndose a mandíbula batiente cuando los ciudadanos preguntan, de comisiones de investigación que no sirven para nada; pero, pese a todo, la justicia, salvo lamentables excepciones, sigue dando la cara. La separación de poderes funciona en España, o eso parece, y la maquinaria de los tribunales sigue enjugando, cada vez con más dificultad, a la ilustre nómina de corruptos que se ha paseado por algunas de nuestras instituciones a lo largo de los últimos años.

Pero, pese a todo, parece difícil comprender la situación en la que se encuentran nuestros tribunales y juzgados; no hay ninguna intención, por lo que parece, de arreglar el patio, ya que a la falta de dinero se suma la apatía legislativa en la que andamos sumidos gracias a la incapacidad de los de siempre a la hora de formar Gobierno.

Ya dije aquí que en la anterior campaña electoral nadie habló de justicia, ni parece que haya algún político interesado en hacerlo durante la que se aproxima más allá de sugerir historias para controlar al órgano de Gobierno de los jueces.

Parece complicado que a alguien le interese la situación por la que atraviesan algunos juzgados, como por ejemplo los mercantiles, absolutamente colapsados por la cantidad ingente de procesos concursales que les quedan por resolver (más de 1.100, según la última memoria del TSJA), o los órganos de lo Penal, que pese a haber reducido encomiablemente la cifra de sentencias pendientes de ejecutar, tienen aún 17.000 ejecutorias por solventar; o los órganos de lo Social o los de lo Contencioso-Administrativo... la lista es tan larga, y harto conocida, que sonroja volver a desgranarla en esta sección, porque al final todo se reduce a que a algunos sólo les interesa escuchar la lluvia.

Por otro lado, hemos visto cómo el decano de los abogados malagueños, Francisco Javier Lara, ha denunciado la bajada que pretende realizar la Junta en la asignación de la Justicia Gratuita, una denuncia valiente de la que se ha descabalgado el Colegio de Abogados de Córdoba y el propio órgano que representa a los abogados andaluces. Lo que vienen a decir es que se trata de un borrador y no de una orden cerrada. A saber. Parece que se atisba otra trinchera en el horizonte.