Bueno, no creo que convenga escandalizarse por todas las salvajadas de Trump, pues ese efecto sobre la gente razonable es justamente el que busca para formar su ejército de trolls. Su bendición del ahogamiento simulado, como modo de obtener confesiones de sospechosos, no debería ser censurada desde un punto de vista ético o humanitario, a los que Trump está inmunizado por completo, sino desde un punto de vista práctico o bélico: si la lucha contra el ISIS es una batalla contra la barbarie de otra civilización, la aceptación, aunque sea en tono menor, de sus métodos sería una derrota en toda regla, y una correlativa victoria de los bárbaros. En todo caso no está mal que con Donald Trump aflore el lado siniestro del Imperio, pues con Trump o sin Trump ese lado está ahí, y casi es peor que actúe oculto bajo la capa de maquillaje de lo políticamente correcto y sus guerras humanitarias.