Es una alegría que el gran Martín Berasategui consiga otras tres estrellas de la Michelin por su restaurante de Barcelona, lleva ya ocho con las de Lasarte y MB de Tenerife. Son las mismas estrellas que reúne Málaga; con dos estrellas solo Dani García (Puente Romano), y ya con una José Carlos García, Diego del Río, Jaume Puigdengolas, Diego Gallegos, Mauricio Giovanini y Luis Olarra. Cuando se celebraban en Gerona estos galardones galos, comía en Montana, y la verdad es que muy bien, en el jardín, escuchando manar el agua del estanque; el arroz a banda estaba riquísimo. Más tarde terminamos los contertulios en Puerta Oscura, que ahora cumple su veinticinco aniversario, de charla con Miguel Ángel y José María. Y qué bien que haya vuelto a la vida, aunque con otros propietarios, Los Pinos del Coto, un restaurante de 30 años de historia, allá en la sierra de Churriana, de vistas impresionantes. Y Les Roches recibe el distintivo de empresa conciliadora de manos del alcalde de Marbella, José Bernal. Una escuela de alta dirección hotelera al frente de la cual está Carlos Díez de la Lastra y trabaja mi amigo Pablo González, estudioso de la teología, que no sé qué pensará del nuevo cañonazo del Papa, que ahora autoriza a los curas a absolver el aborto indefinidamente; acaba de cubrir con un paño el derecho a la vida, por molesto; bueno, antes casi rehabilita a Lutero; es un Papa que está gustando más a los enemigos de la Iglesia que a los que van a ella. Para mí, como Benedicto XVI, un gran teólogo, no hay otro, el primer Papa dimisionario de la historia, qué humildad reconocer que le faltaron las fuerzas; Juan Pablo II, fue el Papa misionero, el luchador por la libertad, y no solo en su Polonia natal. Pero Francisco quiere demostrar que la Iglesia camina con su tiempo y no comprende que hay principios sagrados porque son universales y lo que está sucediendo -hay que decirlo claro- es que ya pierde a los suyos. Y en esto llega Cristóbal Toral -de Antequera, aunque su estudio está en Manosalbas (Toledo)-, y pinta a Benedicto XVI secuestrado por dos yihadistas. La inspiración le vino en una pesadilla.

Otro amigo, José García Pérez, pública Ausencias, poemario de Dios al amor. Fue diputado constituyente, por UCD, y hablamos mucho en otro tiempo junto al querido Manolo Ruiz Blanco, que fue concejal de IU, tempranamente llevado, tras rompérsele una mañana la aorta. Su mujer, Reme Ramos, está ahora en su lugar en la Casa del Parque y antes me hacía electrocardiogramas en El Perchel. A quien no conozco es a Francisco Javier Rodríguez Barranco, escritor, ex comandante del Ejército del Aire y doctor en Hispánica que se ha atrevido a levantar una editorial, Azimut. Palabra mágica la de ese ángulo del meridiano con el círculo vertical que pasa por un punto de la tierra, o de la esfera celeste, que también. Sigo entre libros, Iñaki Martínez me escribe desde Colombia por la columna de la pasada semana en la que citaba su reciente libro de espías, La ciudad de la mentira, en la que recupera el magnetismo de Tánger, ahí enfrente.

Pero las estrellas Michelin casan mal con la sanción millonaria que nos ha impuesto la UE por la falta de cuatro depuradoras en la provincia. Quiero ver a los diputados y senadores malagueños justificando la ausencia de fondos para el saneamiento integral cuando se discutan los Presupuestos. Año tras año la misma ceremonia de la confusión. Peleé con el legendario Salvador Vilches y su Foro para que algo se hiciera y la Junta se reía con el canon del agua.

Pero cómo sustraerse a la noticia de la muerte de Rita Barberá y a la impostura de los nuevos bárbaros que no guardaron ese minuto de silencio, qué se puede esperar de quienes no respetan ni a los muertos, y Garzón se justifica desde el Hades, qué papelón está haciendo este muchacho con esas paletadas de tierra húmeda sobre la tumba de Izquierda Unida; en cambio, sí guardaron ese minuto de silencio por Periko Solabarría, fallecido en junio de 2015, militante de Herri Batasuna, el partido de ETA. Por eso me vienen a la memoria aquellos versos de Valle Inclán:

¡Todo hacia la muerte avanza

de concierto,

toda la vida es mudanza

hasta ser muerto!

¡Quién vio por tierra rodado

el almenar,

y tan alto levantado

el muladar!

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