Sin capa protectora

Al exministro Federico Trillo se le van a indigestar las comidas navideñas que se permite en su ahora alto cargo de embajador en Londres, porque en el Consejo de Estado, en el que sorprendentemente también domina el PP, han declarado públicamente que no se llevó bien lo del caso Yak-42, en el que perecieron 62 soldados españoles destinados en Irak.

Aquello sucedió hace ya la friolera de 14,7 años, atribuyéndose oficialmente el desastre a causas meteorológicas, pese a las clarísimas evidencias de que el aparato ucraniano que el Ministerio de Defensa alquiló (según Bárcenas con fondos de la caja B), no estaba apto para volar, porque según comentarios de un comandante luego fallecido, incluso las ruedas le dieron mala espina, y a los pilotos les costó convencerse de que el aparato, cuyo alquiler costó más de 100.000 euros y sólo se pagaron 30.000, podía funcionar correctamente. La diferencia no pagada se «quedó» por el camino.

Luego vino el desastre y el «desmadre» que protagonizó el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, echando balones fuera para escurrir el bulto, apoyado por todo el ejecutivo del PP, especialmente por Aznar, con sus declaraciones de que «había que dejar tranquilos a los muertos», y comentarios en altavoz de un militar ante los féretros, diciendo de que «cada familiar se llevase a su muerto».

Se supo que los restos no fueron bien identificados y estaban mezclados, porque en uno de ellos habían tres pies, y ante la queja de la familia le respondieron que en el Ejército no habían forenses, pero ante aquel follón, se pudieron hacer las pruebas del ADN y todo quedó en su sitio.

Manda huevos... ¡viva Honduras, pónganme perejil que voy a dimitir!

Luis Vinuesa Serrate. Málaga