El pasado 9 de marzo, Miércoles de Ceniza, los cristianos celebramos el comienzo de la Cuaresma, que llegará a su fin el próximo 17 de abril, Domingo de Ramos. Son 40 días de preparación de la Pascua, su duración tiene su origen en referencias bíblicas y simboliza, entre otras, la prueba de Jesús de 40 días en el desierto previo a su ministerio y el retiro de 40 años de Moisés en el desierto.

Durante la Cuaresma los cofrades incrementamos notablemente nuestra actividad con el fin de tenerlo todo preparado para rememorar durante la Semana Santa la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Celebramos cultos, repartimos las túnicas de nazarenos, tallamos a los hombres de trono, limpiamos enseres, montamos las candelerías de velas, adornamos con flores los tronos, trasladamos a nuestros Sagrados Titulares a sus tronos, y las casas de hermandad se llenan de hermanos que las convierten en verdaderos centros de convivencia y disfrute. Los cofrades somos una gran familia de más de 67.000 hermanos de cuota que ayudamos a Málaga en sus buenos y malos momentos en la vertebración de sus barrios y la ayuda a los más necesitados, siguiendo las enseñanzas de Jesús. Somos creyentes y parte integrante de la Iglesia Católica, y nuestra esencia es la fe y por ello, a lo largo de este tiempo, somos llamados a reforzarla mediante diversos actos de penitencia y reflexión.

Ya mismo empiezan los traslados y el 9 de abril tendrá lugar en el Teatro Cervantes el pregón anunciador de la Semana Santa a cargo del cofrade Antonio Banderas. Espero que todos disfrutemos de estos días y que nos sirva para acercarnos más a la Iglesia, a las cofradías y a nuestros hermanos con base en el testimonio del Hijo de Dios.

¿Alguien se imagina Málaga sin su Semana Mayor? Cuidémosla porque es una de las mejores tradiciones que conservamos, y motivo de reencontrarnos los cristianos con nuestra esencia.