­En la época de Franco los dibujos «intentaban adoctrinar a los niños, al principio con sentimientos patrióticos y religiosos y, más tarde, centrados en la realidad socioeconómica» de España, según el estudio de María Antonia Paz, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. «Los diferentes tipos de programas que se emitieron durante el franquismo coincidieron en el intento de adoctrinar a los niños como buenos ciudadanos. El catolicismo estaba presente de forma directa en Lecciones de catecismo (1959) o indirecta en todos y cada uno de los formatos a través de parábolas, enseñanzas o recomendaciones», señala Paz en declaraciones recogidas por SINC Publicado en European Journal of Communication, el estudio analiza 112 programas infantiles y juveniles emitidos en TVE desde 1958 hasta el 20 de noviembre de 1975.

Si bien el principal objetivo de TVE era entretener a los niños, no perdía la ocasión de «educar». Los primeros programas destinados al público infantil se emitieron en función de la actividad escolar, los jueves y los sábados por la tarde, días en los que algunos colegios no tenían clase. Y no fue hasta 1964 cuando se extendieron a toda la semana. El estudio sitúa en 1959 el primer programa infantil, No apto para mayores. Recreo (1960) y Chavales (1961) obtuvieron más éxito los jueves por la tarde. Sus protagonistas -Boliche y Chapinete (Joaquín Portillo, el Top que acompañaba a Tip)- empezaron sus andaduras en la radio y triunfaron en televisión. De 1958 a 1963, «los niños eran considerados gente menuda, adultos pequeños, y se les atribuían problemas pequeños y preocupaciones también pequeñas, pero, de alguna forma, como los de los mayores», según María Antonia Paz. El patriotismo se divulgaba a través de vidas ejemplares y las tradiciones, mediante folclore, etc.

Poco a poco, se pasó a crear nuevos programas y a distinguirlos por edades. Jardilín (1966-1968) estaba destinado a los más pequeños. Para los adolescentes Habla contigo (1967-1970) creó conciencia sobre los problemas religiosos y ¡de la música moderna!

También por géneros: Santi, botones de hotel (1965), intrépido, valiente y aventurero, era para niños y ellas tenían a Antoñita la fantástica (1967), «una niña moderna, preocupada por su aspecto físico, un poco ingenua y con la cabeza llena de fantasías». El western Bonanza fue el preferido. De 1969 a 1975, desaparecieron los programas educativos y religiosos, reflejo de la ley de libertad religiosa de 1967.

Con Ábrete sésamo llegaron nuevos aires. El mayor éxito de 1974 a 1979 fue Un globo, dos globos, tres globos. La tarde de los sábados era de los niños. Los domingos, mandaba el fútbol de papá.