Pese a la rotunda goleada y la derrota sin paliativos frente al Espanyol en Montjuic, honores al Málaga, al equipo que era carne de Segunda División en Navidad y que hasta la penúltima jornada de Liga ha estado luchando por disputar la Copa de la UEFA. Los rivales de este Málaga no han sido ni Valladolid ni Betis ni Osasuna. Los tres se han jugado el pescuezo en el domingo que decidía al año futbolístico. Todos con presupuestos muy superiores al del club de Martiricos. Todos con más rodaje en la categoría. Por eso, ni la mala imagen ni el traspiés ni el maltrato al escudo malaguista en el Olímpico de Montjuic deben empañar una campaña para enmarcar del Málaga CF.

Olvídense de este partido en la montaña olímpica, de este fin de semana de ´vacaciones´ pagadas en Barcelona. Sin Duda sin Apoño sin Baha sin Calleja sin Gámez sin Goitia... Al menos vino Antonio Tapia. El técnico ha dado la cara hasta el final. Su último partido en esta nueva entrega con el club de sus amores acabó ayer en un estadio, el Lluis Companys, que, como el propio Antonio, ya es historia.

Historia viva del malaguismo. Recuerden para siempre este año, esta temporada cargada de ilusiones, fútbol y alegrías. Quizá pasen muchos años para volver a sentir un curso como éste. Gracias al equipo. Al técnico. Al presidente. Al club. Gracias a todos por reanimar la alicaída llama del malaguismo, por convertir los sapos y culebras en cuentos de hadas con un final felicísimo.

Aunque el equipo acabó el año como empezó, con una dolorosa y dura derrota, nadie debe olvidar para qué estaba fabricado este Málaga y cuál ha sido su extraordinario rendimiento. Que se lo pregunten al Espanyol. Con Tamudo, De la Peña, Luis García, Nené... hace un mes y pico el equipo se veía en Segunda.

El partido no dio para más. No quiso ser desenlace de nada, porque el Málaga ya había resuelto su futuro la pasada semana al empatar con el Betis y descolgarse irremediablemente de la carrera por Europa. No sean crueles, no se queden con lo de ayer que, al fin y al cabo, fue la fiesta del españolismo. En su despedida de la montaña sagrada tras 12 años de estancia, el cuadro costasoleño no quiso ser un invitado ´coñazo´ y permitió que la gente de Barcelona disfrutara de lo lindo.

Para un espanyolista, este año ha sido un martirio. Y no ya por la pobre temporada de los suyos, sino por los éxitos y el ´triplete´ del eterno rival, el Barcelona.

Y?pudieron ser más. Raúl Tamudo, el capitán ´perico´, fue el protagonista con mayúsculas del encuentro. Dicen que el capitán dejará la entidad este verano. Si lo hace se llevará un gratísimo recuerdo, pues le endosó un ´hat-trick´ al Málaga.

Tamudo inauguró la red de Arnau a los cinco minutos al cruzar el balón casi dentro del área pequeña. Fue la demostración de que la defensa del Málaga iba a ser la mejor alidada espanyolista.

Nené y Tamudo lo confirmaron a continuación y disfrutaron de sendos mano a mano que no supieron resolver. Del Málaga no hubo noticias hasta la media hora. Fernando probó por primera vez las manos de Kameni a los 37´. Fue un tiro lejano con intención pero sin fuerza. El equipo de Mauricio Pochettino finiquitó la historia un minuto antes del descanso. De nuevo el Espanyol encontró una autopista por su banda izquierda y Tamudo, otra vez solo dentro del área, volvió a cruzar ante un Arnau ´vendido´.

Tamudo perdonó el 3-0 a los dos minutos de la reanudación al cruzar demasiado un envío... ¡desde la banda izquierda! Y es que Manolo Gaspar, en su intento por subir y mostrarse, dejó demasiados huecos.

Un error del paleño, que pudo recibir falta, dejó a Tamudo de nuevo solo ante Arnau. Weligton entró por detrás, provocó penalti y vio una justa roja directa. El pequeño y astuto goleador firmó, desde los 11 metros, su ´hat-trick´.

Tapia prescindió de Manolo para recomponer el equipo. Y luego de Adriano, que vino como refuerzo invernal. ¿Refuerzo de qué? Arnau salvó el 4-0 tras una genial internada del ´Buda´ De la Peña. Su pase interior lo malgastó Nené.

José Juan Luque estrelló un libre directo en la escuadra de Kameni. Fue lo único de un Málaga al que le sobró esta última jornada. Una jornada de despedidas. Un día triste que, sin embargo, coronó una maravillosa campaña.