Aíto García Reneses, entre las perlas que soltó tras el desastre copero en Vitoria, puso a sus hombres a los pies de los caballos al admitir que al equipo le faltaba carácter. No sé si acertó con la palabra en cuestión. Se equivocó, de largo, con lo de los árbitros de Canarias, con lo de las lesiones (que sí han perjudicado, pero que hay que superar y dejarlas a un lado) y con buena parte de su parlamento del Buesa Arena.

Su plantilla, ayer, se encargó de desdecir a su entrenador en lo del carácter. Porque para salir al ruidoso Siemens Arena de Vilnius, ante un Lietuvos Rytas limitado pero obligado, y ponerse con 4-15 en apenas cinco minutos, para superar sus crisis puntuales (41-35 y 63-62) y lograr el triunfo y confirmar su segunda plaza en el Grupo B de la Euroliga, hay que tener, cuanto menos, algo entre las piernas.

Llámenle orgullo o casta o amor propio. Quizá no sea carácter, pues nuestro entrenador cree que su plantilla adolece de él. Pero lo cierto es que el arranque y el desenlace del partido de los malagueños fue, como diría el torero, impresionante. El equipo reaccionó, resucitó, cuando parecía más muerto que vivo, cuando se quedó sin Copa provocando una crisis sin precedentes en Los Guindos, cuando volvía a tener más bajas y sólo a ocho profesionales vestidos de corto –siete, ya que Rubio ni jugó, por decisión técnica–.

Lo que no pudo esconder ese arranque de furia costasoleño, esa capacidad para sufrir, para levantarse, para acertar en el tiro libre y para ganar, son sus tremendas carencias. El equipo las sigue teniendo, aunque ganara. Y anoche, en la gélida Vilnius (13 bajo cero en el exterior), se vieron especialmente en el tiro (4 de 19 en triples).

El Unicaja acabó el primer cuarto con dos puntos de un jugador exterior, dos tiros libres de Welsch: 13-20. Así se puede ganar aquí, pero no ante rivales de pedigrí. Cuando Aíto rotó y puso un quinteto atípico, obligado por las lesiones de sus exteriores (Berni y Saúl) y la ausencia del ´cortado´ Williams, lo del perímetro empeoró aún más.

Kurtinaitis, aquel báltico que tenía una mira telescópica en la muñeca cuando se levantaba desde el arco de 6,25, cerró la defensa sobre Archibald, Freeland y Printezis. Y sin tiro, no hubo nada que hacer. El Lietuvos Rytas se creció, se marcó un parcial de 11-1, puso su primera ventaja (24-21) y se fue al descanso dos puntos arriba: 35-33.

Si el Unicaja parecía un velatorio en pleno viaje a Vilnius, el difunto era, sin duda, Dean. El muchacho sabe que no cuenta, que Dixon ya se entrena en el Carpena, que está sentenciado. Y lo había acusado en un primer tiempo penoso, sin una sola canasta tras cuatro intentos y con valoración negativa de -2. Pero Aíto lo había mantenido en pista, le había dado minutos. Más sabe el diablo por viejo que por diablo, porque Dean también reaccionó. Anotó un triple, otra de dos y eso le dio fuerza en defensa.

El Unicaja de nuevo marcaba su territorio, de nuevo demostraba que quería ser segundo, aunque la derrota ayer también le hubiera dado esa posición. Resulta que a esas alturas de la película, su rival por el puesto, el Partizán, perdía por casi 15 ante el Olympiacos.

Los puntos de Dean y Cook tras el intermedio se habían combinado en defensa con una jugada maestra de Aíto. El balcánico Bjelica era el jugador que amenazaba continuamente el aro malagueño. Archibald, exhausto, no podía frenarle. Freeland era un auténtico coladero, un amigo para el Lietuvos. Y Aíto rescató a Lima, que había pasado inadvertido en el primer tiempo, para que se ´comiera´ al pívot del Lietuvos. El brasileño, al que le sobra testiculina, cumplió con su misión (41-53).

Otra vez el cambio de cuarto, la relajación, las rotaciones, el empuje del rival, el impresionante ambiente o vaya usted a saber menguaron a un Unicaja de nuevo irreconocible y débil: 60-58. Pero esta vez algo había cambiado. Dean paró a los lituanos con un triple. Jiménez sumó sus dos primeros puntos. Y Cook, capaz de lo mejor y lo peor, inició su sensacional racha de acierto. El partido voló a Málaga: 71-73.

El equipo no es tan malo como se ha empeñado en demostrar. Llega segundo al sorteo del lunes en Barcelona. Y, si los bombos le ayudan, podría tener un ´Top 16´ más que favorable para meterse en el cruce de cuartos. Y ésas son palabras mayores. Mientras, debe seguir mejorando. Partidos como el de ayer le ayudarán.