­Chema murió ayer en un accidente de moto. Chema era muy grande, tanto de aspecto como de corazón. Deja amigos y una familia rota. Querido, muy querido por todos, desde pequeño jugó al baloncesto y a él ha estado unido hasta hoy, ya que esta temporada ha militado en el Deportivo Coín, con quien ascendió de categoría, y seguía echando una mano al CB El Palo como entrenador ayudante. Quería seguir unido siempre al básket, entrenar, estar en un vestuario, aunque por su trabajo ya no podía comprometerse como a él le gustaría.

José María Martín Torrejón nació hace 32 años y comenzó a jugar al baloncesto en El Candado. Ha vivido siempre en Echeverría, junto al campo de fútbol de San Ignacio. De ahí comenzó a jugar en El Palo y luego nos juntamos en el Unicaja. La generación del 82. «G82». Se lo tatuó. Le gustaban los tatuajes. Tenía en la espalda, en el gemelo y en el brazo. Yo me había tatuado ese «G82» como vínculo a unos compañeros con los que todavía tenemos una gran relación. Javi Meras, Yiyi, Adrián Morillo, Duarte, Chiqui Gil, David Soria... Fuimos campeones de España cadetes y subcampeones de España júniors. Crecimos y el baloncesto siempre fue su pasión. Durante siete u ocho años fue monitor en el campus de Unicaja, cada verano. A Chema no se le daba nada bien estudiar y desde joven comenzó a trabajar en la seguridad. Era habitual verle como portero del ZZ Pub, y luego comenzó a desarrollar su actividad en fiestas privadas, siempre con una sonrisa y con un gran corazón.

Se le paró ayer, temprano, cuando con su moto volvía a casa y encontró la muerte en el paseo marítimo. Parece que se quedó dormido y chocó con una palmera. Eran las siete y media de la mañana. Nos ha dejado a todos destrozados, a mucha gente. Porque Chema se daba a querer. Ha dejado al mundo del baloncesto de luto. Y a mucha más gente. El mundo de la noche le echará de menos, y también su gente del barrio de Echeverría y de la playa de Pedregalejo.

Chema estaba soltero. Vivía en casa con sus padres, Félix y Carmen. Precisamente, uno de sus últimos comentarios en Facebook era para ella. Le decía cuánto la quería en el día de su santo y escribía que era la persona más importante en su mundo. Su cuerpo descansa en la sala 22 del tanatorio de Parcemasa y el funeral se oficiará hoy a las 12.00 horas.

Deja dos hermanos Félix y Nuria. Y nos deja a todos el alma rota. Siempre, siempre le recordaremos. Su equipo, aquella generación del 82, la «G82» que él se tatuó en el brazo. Algún día, en una de las pistas de baloncesto de allá arriba, volveremos a vernos, amigo. Hasta siempre, Chema.

*José Rojas es jugador y excompañero en el Unicaja