­La selección nacional de balonmano comenzó a preparar el Europeo de Polonia, que se disputará del 17 al 31 de enero, con una contundente victoria (33-23) ante un combinado de la Asociación de Jugadores. El tradicional «Partido de las Estrellas», que se celebra cada temporada, congregó en el Fernando Argüelles de Antequera a 2.500 espectadores que vibraron con el juego de los jugadores entrenados por Manolo Cadenas.

El encuentro generó una gran expectación en la localidad malagueña, volcada vez más con un deporte que dejó tantas alegrías y aún arrastra a muchísimos aficionados cada semana al Pabellón a animar al Meridiano Antequera.

Las gradas rebosaron de alegría y no dejaron de animar ni hacer ruido durante los 60 minutos. Correaron las acciones del combinado nacional, en especial las paradas de un inspirado Gonzalo Pérez de Vargas, y los goles del MVP del partido, Miguelón, central del combinado entrenado por el malagueño Antonio Carlos Ortega.

Los momentos más apasionantes llegaron en la presentación de los jugadores y cómo no, en el recuerdo de José Luis Pérez Canca en los prolegómenos del partido. La afición, que lo vio jugar por última vez, le dedicó una emocionante ovación. Y en el centro de la pista, su esposa recibió varios recuerdos conmemorativos, por parte de las autoridades locales y del presidente de la Federación Española, Francisco Blázquez, y una camiseta de la selección con el número 18 que lucía en su espalda «Pepelu».

Valero Rivera inauguró el marcador del choque con una de sus especialidades, el lanzamiento desde los 7 metros. Raúl Entrerríos, capitán del combinado nacional, dirigió todas las operaciones en ataque, con la elegancia que atesora y activó una de las vías más productivas para marcar, el pivote. Ahí, Julen Aginagalde se mueve como un pez en el agua y cada balón que recibe acaba en gol o saca una exclusión. La respuesta por parte de los representantes de la ASOBAL llegó de la mano de David Jiménez. El lateral diestro del BM. Benidorm castigó a España con trayectorias al centro para armar su potente brazo.

La primera mitad fue bastante igualada. El conjunto de Antonio Carlos Ortega aguantó el tipo con un juego rápido en la primera línea para generar un espacio en la defensa de los Hispanos y explotar el tiro desde 9 metros. Adrián Nolasco, con 3 goles, Óscar Río y sobre todo Miguelón, supieron leer muy bien esas acciones.

En el ecuador de los primeros 30 minutos, España solo tenía una renta de dos goles (9-7). Manolo Cadenas solicitó un tiempo muerto y ajustó la defensa 6-0. A partir de ese instante, Viran Morros lideró una férrea defensa, aumentaron los contactos con los lanzadores y Gonzalo Pérez de Vargas echó el cerrojo a la portería. Esto propicio que el conjunto de Ortega permaneciera cinco minutos sin anotar. De un 10-9 en el minuto 20, se pasó a un 12-9 en el 25.

Jugada anecdótica

Antes de marcharse los jugadores al vestuario se produjo la acción curiosa. Los árbitros señalaron 7 metros a favor de la selección nacional. Raúl Entrerríos, antes de dirigirse a por el balón, se marchó a la grada a por un niño con la camiseta de «Pepelu», su ahijado. El chaval marcó y, en ese instante, se produjo una lluvia de peluches en la pista. Una iniciativa de la Fundación Cris en su trabajo de investigación para encontrar cura al mal del cáncer.

A la vuelta de vestuarios, Manolo Cadenas dejó sentados en el banquillo a sus piezas más importantes, dando oportunidad a los jugadores más jóvenes y que llaman con fuerza a las puertas de la selección. Este es el caso de Aitor Ariño, Niko Mindegia, Rodrigo Corrales -en portería-, Álvaro Ruiz, Pedro Rodríguez o Francisco García.

En los últimos minutos, los representantes de la Asociación de los Jugadores buscaron a Alberto Castro, que jugaba ante su público, pero el gol se le resistió al jugador local. En cambio, Alejandro Marcelo y Miguelón dejaron dos tantos de muy bella factura en los últimos ataques. El telón lo bajó Pedro Rodríguez certificando el 33-23 final con un fly que levantó a los aficionados de sus asientos.

El encuentro sirvió para empezar a vislumbrar la calidad de un combinado nacional que disputará el Europeo de Polonia con el único objetivo de alzarse con el oro y certificar su presencia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Hay madera, será difícil, pero España parte como una de las favoritas.

@EduuVilla7