El Marbella FC consiguió ayer una importantísima victoria en el partido que disputó en horario vespertino sobre el césped del Estadio Romano de Mérida. El conjunto blanquillo supo aprovechar el solitario gol de Gerrit, durante los primeros instantes de la segunda mitad, parte para sumar tres puntos importantísimos que rompe una mala racha de cuatro encuentros sin ganar. La escuadra dirigida por Loren Morón alcanza de esta manera a los extremeños, empatados a puntos en la lucha por la octava posición.

La primera parte aburrió y mucho al público congregado en el estadio emeritense. Hubo muy poco que contar, con dos equipos que apenas tuvieron predisposición para atacar. Los locales llegaron con algo más de peligro al área del Marbella, pero cuando hizo falta siempre apareció la figura del guardameta visitante Quique Cebriá, que regresaba a la titularidad tras cumplir un partido de sanción.

El Marbella FC lo intentó de la mejor manera que pudo: con varios disparos lejanos y con centros laterales que no llegaron a inquietar la portería del meta local Raúl Moreno. Sin apenas ocasiones claras y con un ritmo lento de partido se llegó al descanso con un empate sin goles.

La segunda parte comenzó con un Marbella mucho más enchufado, que ya en los primeros minutos llegó con peligro al área del Mérida. El gol no se hizo esperar. En el minuto 51, Gerrit aprovechó una indecisión de los centrales locales para pisar área con el balón controlado, tirar un buen regate y marcar con mucha clase ante la salida de Raúl Moreno.

Se ponían por delante los costasoleños nada más aprovechar la primera ocasión clara del partido. El tanto, además, asentó al conjunto marbellí en el partido. A partir de ahí los visitantes siguieron rondando con asiduidad el área del Mérida. De hecho, sólo unos minutos después del gol, Gerrit abrió a la izquierda para Álex Herrera, pero el jugador pacense, de nuevo en su tierra, disparó alto.

Por su parte, el Mérida quería llegar al área marbellí, pero seguía sin poder poner en aprietos a un Quique Cebriá muy seguro bajo palos.

Movieron el banquillo ambos entrenadores y en el minuto 72, pero no hubo manera de cambiar el curso de las cosas, al menos como pretendían los locales.

El efecto fue justo el contrario. El Marbella volvió a mostrar sus garras, consciente de que la renta era la mínima posible y que en cualquier acción aislada iba a poder dejar escapar los tres puntos. Así llegaría un buen centro de Rubén Durán, a balón parado, que fue rematado por Sergio Narváez. Sería uno de los últimos ataques con peligro de un equipo que a partir de ese momento tendría que mostrar su capacidad de sacrificio en tareas defensivas.

El Mérida apretó muchísimo en los últimos minutos. Buscaba a la desesperada un empate que no llegaría. Era consciente de que el Marbella sumaba ya cuatro jornadas sin ganar y de que cualquier contratiempo podría aprovecharlo. Bajo palos estuvo de nuevo inmenso Quique Cebriá para evitar las llegadas más peligrosas de los locales y permitir que el conjunto marbellí pudiera atar el triunfo.