­Hay algo más de 4.000 universidades en Estados Unidos, con un amplísimo abanico de especialización, de formación académica y deportiva. Con muchos, muchísimos, millones de dólares en becas que repartir entre sus futuros estudiantes. Y todas buscan un perfil claro, en España y aquí en Málaga: deportista de nivel alto, que sea aplicado en los estudios y con espíritu aventurero, con ganas de formarse, de aprender y sin miedo de salir de casa.

Cada año aumenta el número de los jóvenes estudiantes que, al acabar Bachiller, optan por cruzar el charco y continuar con su formación académica. No es una decisión fácil, pero pocos de los que la toman se arrepienten. En Estados Unidos se encuentran un mundo universitario diferente, con todas las facilidades para estudiar y desarrollar tu deporte, con atenciones y ayudas. «Un mundo muy parecido al que se ve en las películas», como ha dicho alguna vez el jugador de baloncesto Francis Alonso, uno de los que han emprendido la aventura.

El tenis fue el primer deporte que llamó la atención de los deportistas españoles. De hecho, hay un malagueño allí, Arturo Pinazo. El tenista hizo escala en la Júnior College de Laredo (Texas) y ahora está en la prestigiosa Universidad de Clemson (Carolina del Sur). En los últimos años, el baloncesto masculino y el fútbol femenino está solicitando a muchos malagueños. La exfutbolista del Málaga CF, María Flores, en la Baker University, es un claro ejemplo.

Francis Alonso (Universidad de Greensboro), Rubén Guerrero (Universidad de South Florida), Enrique Cortés (MSU Denver) o, por poner el ejemplo más rotundo, Domantas Sabonis, son claros ejemplos de que Málaga exporta jugadores de básket a EEUU. Y es que hay un total de 14 hombres y 46 chicas españolas en la NCAA.

La proliferación de deportistas es tan increíble, que al calor de esta moda, han surgido empresas especializadas que se encargar de informar, asesorar y gestionar la llegada de jóvenes a las universidades de Estados Unidos. Una de ellas es «W2A Mamanagement», cuyo director general, José Miguel Guerrero, explicó a La Opinión cómo funciona el proceso, sin duda muy interesante para padres y alumnos o deportistas.

Guerrero quiere diferenciar dos tipos de estudiantes-deportistas con opciones de marcharse a Estados Unidos. Los de un nivel «elite» en el plano deportivo y los que son buenos practicando una actividad, pero no son excepcionales. Los deportistas «top» pueden gozar de una beca deportiva que sufraga el 100 por 100 de sus gastos, cubre matrícula, alojamiento y comida. E incluso, depende del caso y la modalidad, seguro médico y hasta material académico. Eso sí, a pesar de que seas un genio de tu deporte, hay que tener un nivel mínimo académico.

Es indispensable, según explica Guerrero, haber terminado el Bachillerato, y con la mejor nota posible. Antes de entrar, la universidad interesada hacen la media de 3º y 4ª de ESO más 1º y 2º de Bachillerato. «Cuanto más alta sea la media, mejor», alerta. Además, hay que hacer un examen similar a la selectividad, que ellos llaman «SAT», y también un test para calibrar el nivel de inglés. O sea que, para poder tener la beca completa es necesario, además de jugar a un gran nivel en tu deporte, tenerlo todo aprobado -si es con buenas notas mejor- y pasar dos pruebas: SAT y de nivel de inglés.

También pueden optar a las becas los deportistas que no atesoren el nivel de juego para militar en la cantera del Unicaja o en el Málaga CF femenino, pero que tengan un alto nivel académico. Son casos excepcionales, en los que los centros educativos estadounidenses también muestran interés. Pueden becar, a través de una ayuda académica, hasta la mitad de los gastos totales. «Estamos hablando que una familia, que pueda pagar unos 15.000 ó 20.000 dólares, puede tener a su hijo o hija estudiando allí, con todo lo positivo que eso implica», señala Guerrero.

Su empresa -«W2A Management»- enviará el próximo verano entre 60 y 70 deportistas a EEUU y prevé superar los 100 el verano de 2018. Algunos de los que se irán son malagueños. «Ahora tenemos con muchas opciones de que dos o tres jóvenes de Málaga vayan este próximo verano».

Para ello, hay que comenzar a «moverse» en 1º de Bachillerato. Y el foco está puesto, a día de hoy, en jugadores masculinos de baloncesto y futbolistas malagueñas. «La pasada semana visitamos un colegio en Málaga y seguiremos acudiendo para informar y orientar a los estudiantes», explica.

Por delante, una experiencia que te cambia la vida. «Te facilitan enormemente estudiar y jugar, y vives una experiencia increíble. Tienes una carrera y un idioma. Y luego puedes elegir quedarte allí a trabajar, aunque no son la mayoría de los casos. Los estudiantes suelen volver a casa, porque en España o en Europa su currículum es más completo que un estudiante que se haya quedado aquí», resume el director general de «W2A Management». Málaga está en el punto de vista de ésta y otras empresas que envían a Estados Unidos centenares de jóvenes todos los años. Tenistas, atletas, jugadores de básket y fútbol están en el escaparate. Y de los 35.000/40.000 euros de media que vale cada curso pueden gozar de una beca completa o parcial. Y una experiencia vital que marca una vida.