Cuando se conoció su lesión, en el club hablaban de una baja, como mínimo, de diez días. Pero Kristaps Valters está dispuesto a romper todos los registros. El base letón se trató ayer en el Martín Carpena, durante el día de descanso del equipo. Sesión de fisioterapia y de preparación física, con Enrique Salinas. Valters irradia felicidad, contagia optismismo y quiere jugar el trascendental partido de Euroliga del próximo jueves, en casa, frente al Brose alemán.

El jugador verde acabó tocado el encuentro de Liga frente al Caja Laboral, y terminó por romperse en el choque de Euroliga ante el Zalgiris, de infausto recuerdo, por la grave lesión de Tramell Darden.

Una vez que fue sometido a las pertinentes pruebas médicas, el club informó en una nota: «Valters sufre una rotura de fibras por lo que será baja el próximo domingo –el encuentro ante el Estudiantes– y después habrá que seguir su evolución». En realidad nunca se llegó a afirmar que estaría de baja una, dos o tres semanas, sino que se «seguiría su evolución». Y el chico está convencido de que podrá vestirse de corto contra el Brose. De hecho, ayer en su cuenta de Twitter, el letón escribió: «Mejor. Espero poder volver el jueves. Partido muy importante». Música celestial. Su compromiso está fuera de toda duda. Aunque en el club no quieren arriesgar. Sufre una lesión muscular que. Y si no sana bien de esa dolencia podría recaer, por lo que hoy y mañana estará bajo la lupa de los facultativos. Entre todos, médicos, cuerpo técnico y, por supuesto, el propio Valters, se decidirá si juega «en el partido del más impotante del año», como ayer lo definieron varios integrantes del equipo malagueño.

Partido solidario

El Carpena debe ser una olla a presión porque está en juego el pase al Top 16. El club va a dedicárselo a Bancosol (Banco de Alimentos) y por ello todos los niños entre 6 y 14 años que traigan un kilo de alimento no perecedero podrán comprar su entrada para el partido por tan sólo 2 euros.