El Unicaja despidió la pretemporada con una cómoda victoria ante el Lleida, de la Liga LEB, en un partido en el que los locales aguantaron el tipo durante la primera parte, pero que el Unicaja rompió tras el descanso aprovechando su poderío físico, su mayor talento y sus innumerables rotaciones.

Jasmin Repesa repartió minutos para todos sus jugadores del primer equipo excepto Carlos Jiménez, que otra vez se quedó en blanco y en esta ocasión ni siquiera se inscribió en el acta del partido. El madrileño lleva un entrenamiento especial para intentar ponerse a tono y el técnico croata decidió que fueran los jóvenes Conde y Todorovic los que se vistieran en esta ocasión.

El caso es que el Unicaja dio una buena imagen en el último partido de preparación y demostró que está en el buen camino en este esprint final hacia el inicio de Liga, el próximo domingo, en la pista del Real Madrid. Hasta cinco jugadores anotaron ayer 12 o más puntos y el porcentaje de acierto desde la línea de 6,75 fue más que aceptable, con 6 de 13, para un 46´2%.

El partido llegó al descanso con 40-38 pero con la sensación de que en el momento que el equipo verde apretara se iría en el marcador. En el tercer cuarto la diferencia se fue en torno a los 10 puntos y cuatro minutos espectaculares de Calloway, que anotó tres triples seguidos en el arranque del último parcial, acabaron por romper un partido en el que coincidió la máxima diferencia (+28) con el bocinazo final (65-93).

Hoy, vuelta a casa para seguir el trabajo y preparar a conciencia el debut liguero del próximo domingo en la pista del Real Madrid, supercampeón de España.