­Sus rodillas ya acumulan 43 partidos esta temporada con el Unicaja. El pasado curso, en el Maccabi Tel Aviv, disputó 45 en todo el curso (24 de Euroliga y 21 en la competición nacional con el equipo israelí). Con la camiseta verde, Nik Caner-Medley se ha perdido «sólo» ocho encuentros de los 51 que ya ha disputado el conjunto costasoleño. Parecían más, pero son ocho. A comienzos de noviembre, en el encuentro ante el Galatasaray, sufrió un fuerte impacto en la rodilla derecha que le creó un edema óseo y emanó líquido sinovial. El jugador se perdió tres partidos (Joventut, Bayern Múnich y UCAM Murcia), y regresó a la acción para ser el referente ofensivo del equipo verde.

A pesar de los dimes y diretes, el ala-pívot sigue siendo el máximo anotador del equipo (11,6 puntos), el segundo máximo reboteador (5,2) y el que más valoración acumula (13). Y en su última ausencia, tras reproducirse el edema en la previa del choque ante el Fenerbahce en Turquía, el Unicaja perdió los cinco partidos en los que el estadounidense causó baja. Cinco encuentros vitales. Cinco finales que dejaron al equipo sin opciones de Top 8 y fuera de la lucha por la tercera plaza.

Regresó sin chispa en sus piernas, ya que está siguiendo un tratamiento para recuperar masa muscular en el cuádriceps de su pierna derecha, para dar «fuerza y estabilidad a la rodilla», como él explica. Y, por fin, el domingo ante el Bilbao, Caner-Medley fue ese desatascador que el Unicaja necesita, el jugador sobre el que crecer y aspirar a dar un paso más en la ACB.

Tras su exhibición, con 26 puntos en 19:31 minutos, que le han valido para entrar en el cinco ideal de la jornada, el jugador encontró fuerzas para hablar de su lesión. «Me pasé 15 días sin hacer nada, era imposible activarme ni correr ni nada. No pude entrenar y necesitaba tiempo para recuperar el ritmo. Joan (Plaza) y los entrenadores, con Enri (preparador físico), han hecho un buen trabajo, me han dado tiempo para recuperar. Tengo mucho dolor y es una cosa de dolor, porque tengo un edema óseo y no es una lesión seria, pero durante la temporada es complicada, porque cada vez que corres tienes dolor y es imposible pararlo. Ahora la verdad tengo dolor. En verano, cuando tengo tres o cuatro semanas estoy bien, pero ahora no tenemos este tiempo», explica.

Caner-Medley no pudo completar la pasada semana ningún entrenamiento. Plaza le resguardó ante el Milán y el sábado estuvo a un gran nivel en la sesión. El domingo brilló con luz propia. Y ahora, con un único encuentro a la semana, el jugador tendrá más tiempo para recuperarse. «Un partido por semana es... uffhhhh (suspira aliviado)... muy bueno. La verdad es que tuve este dolor hace dos o tres meses y después lo tuve de nuevo cuando surgió el edema óseo. Estuve dos o tres meses un poquito peor. En ese momento, el doctor me dijo que parara dos semanas para trabajar sólo el cuádriceps. Ahora tengo mucha más fuerza y sólo tengo algo de dolor. En la temporada tienes situaciones con dolor y necesitas jugar, y un partido por semana es muy bueno por eso, porque tengo más tiempo para hacer tratamiento», continuó.

El gran triunfo ante el Bilbao es un nuevo balón de oxígeno para el equipo. «Necesitábamos ganar en casa después de la Euroliga y poner toda la atención en la ACB ahora, así que es bueno que el primer partido después de la Euroliga lo ganemos, y ahora tenemos Zaragoza, un partido grande por muchas razones, especialmente por la Copa, y por el primer partido que jugamos en Málaga y queremos revancha».

Caner-Medley hace borrón y cuenta nueva y se queda con la gran despedida que le brindó la «marea verde» el domingo. «Es muy importante la ayuda de la afición, porque para mí es muy importante, porque los fans aquí sienten pasión por el baloncesto, ellos te apoyan si pierdes un balón, te piden que juegues duro y que hagas una gran defensa, y son muy especiales».