La cuenta atrás hacia el play off sigue su curso. El Unicaja visita esta noche (20.45 horas/Orange Arena) al Baloncesto Valladolid en una nueva entrega liguera que tiene pinta de poco más que un entrenamiento con público para los verdes, enrachados después de seis victorias consecutivas en ACB y con el turbo puesto camino de exigencias mayores.

No es cuestión de menospreciar a nadie. No es mi intención. Pero parece un trámite esto de hoy en el Polideportivo Pisuerga. La realidad matemática dice que el rival es colista de la Liga desde la jornada 1, que lleva un mes descendido, que ha perdido 27 de los 30 partidos que ha jugado, que ha visto «pirarse» a varios de sus jugadores por problemas económicos y que es, según dicen los números, el peor equipo de baloncesto de toda la ACB.

Joan Plaza, como no puede ser de otra manera, fue ayer políticamente correcto en sus palabras sobre el equipo castellano. «El CB Valladolid es un equipo que ha hecho sufrir últimamente a casi todos sus rivales. No es un rival fácil, es evidente y no se puede olvidar que es un equipo descendido teóricamente pero eso lo hace más peligroso, con un juego muy anárquico, muy vertical, con posesiones muy cortas y defensas a ratos muy intensas». Como declaración de intenciones puede valer, pero la realidad es que cualquier cosa que no sea un triunfo convincente del Unicaja hoy en el Pisuerga sería un sorpresón de magnitud sideral.

Uno de los alicientes que tiene el partido para el Unicaja es que será la primera ocasión que tenga el equipo de Los Guindos de asegurarse la cuarta plaza de forma matemática. Si el Unicaja gana esta noche y el Herbalife pierde en su visita a Manresa (21 horas), los verdes habrán cumplido el objetivo de terminar la Liga Regular entre los cuatro primeros. O sea, estaría asegurada la ventaja de campo en el play off de cuartos de final. Con el beneficio que eso supone al tener dos de los tres partidos posibles en el Martín Carpena.

El equipo viajó ayer bien temprano a Pucela, vía Madrid, para tener una sesión de entrenamiento vespertina en la cancha del equipo castellano. La gran novedad fue ver entre los expedicionarios a Rafael Hettsheimeir. El pívot brasileño no está previsto que se vista hoy, pero que haya sido una más en la convocatoria ya supone una luz al final del túnel en el que se ha convertido su lesión en el gemelo, desde el pasado 20 de febrero.

El resto del plantel está en perfecto orden de revista y lo normal es que Plaza utilice el partido para seguir probando cosas camino de los cruces por el título. El sábado pasado, Sergi Vidal fue el «primer» base del equipo en el choque ante el Manresa. Jugó más minutos que Calloway y que Granger. Hay que tener todo previsto y el técnico cajista quiere que el catalán esté preparado por si pasa cualquier contingencia no deseada con los dos directores de juego. También habrá que seguir trabajando con la defensa presionante, con Suárez como falso «4», con alguna novedad en el juego de cinco contra cinco... En fin, poniendo a punto la máquina ante los retos que están por venir.

Si Hettsheimeir es noticia en el equipo cajista (aunque ni se vista esta noche), en el cuadro local el nombre propio del partido es el de Pepe Pozas. El base malagueño, llegado el pasado mes de febrero a Valladolid desde el Clínicas Rincón, jugará por primera vez contra el equipo en el que se ha formado desde las categorías inferiores. Será un partido muy especial para él, que se ha convertido, además, en un jugador con un rol muy protagonista en los esquemas de Ricard Casas, desde su aterrizaje en Pucela.

El play off está más cerca. Cuando acabe esta noche el choque de Valladolid solo quedarán tres jornadas más para el corte: la visita el Fuenlabrada al Carpena del próximo sábado, el viaje a Las Palmas del fin de semana siguiente y la visita del Real Madrid a Málaga, la última jornada de Liga, previa al inicio de la lucha por el título. Se está haciendo largo, pero no queda otra que intentar aprovechar esta inusual tranquilidad para crecer y hacerse más fuerte. Ése es el reto.