Un mes justo. Es lo que falta para que el Unicaja inicie por decimocuarto año consecutivo su participación en la máxima competición por equipos del baloncesto continental. Será la tarde del 16 de octubre, a las 19 horas, en la pista del Cedevita croata del exentrenador verde Jasmin Repesa.

El Unicaja es un clásico de esta competición en la que incluso llegó a jugar la Final Four en la edición de 2007. Pero esta Euroliga que asoma ya por el horizonte no será igual que ninguna de las anteriores. Sobre el equipo verde pende la amenaza de que su «Licencia A», ese privilegio que solo tienen un puñado de clubes elegidos en todo el Viejo Continente, quede suspendida el próximo verano. ¿Qué significaría eso? Que los de Joan Plaza estarían obligados a ser, como mínimo, semifinalistas de la Liga Endesa para seguir codeándose con la elite. Una exigencia que con la «Licencia A» no era obligatoria y que deja poco margen para el error en la competición nacional.

No hay nada oficial, pero parece que España perderá una de sus cuatro plazas «fijas» para la Euroliga 2015/2016. Y ahí llegan los problemas porque Barcelona y Real Madrid tienen su pase asegurado y se especula que el Laboral Kutxa estará por delante del Unicaja a la hora de decidir quién es el tercer «elegido».

El club cajista sabe que está ante un año importante ante los ojos de la Euroliga. Hacer un buen papel deportivo y mostrar unas gradas lo más llenas posible ayudarían a que entraran «dudas» a los organizadores a la hora de reorganizar sus licencias.

En el plano estrictamente deportivo, el CSKA y el Maccabi serán los dos grandes rivales del cuadro verde. Hay que recordar que de los seis equipos de este Grupo B de la primera fase pasarán cuatro, por lo que salvo catástrofe el Unicaja debería no tener problemas con los otros tres compañeros de viaje: Cedevita croata, Alba alemán y Limoges francés.

El campeón ruso será este curso favorito a todo. La llegada de Nando de Colo es una muesca más para un plantillón que, ya sin Messina, dirigirá ahora el griego Dimitris Itoudis.

El Maccabi, vigente campeón de Europa, será el otro gran rival. Ha perdido a David Blatt en el banquillo y también al artífice de su triunfo continental, Tyrese Rice. Pero el resto sigue dispuesto a volver a intentarlo.

El Alba vuelve a reinventarse en busca del Top 16, lo máximo a lo que pueden aspirar los alemanes. Las dos «cenicientas» parecen a priori el Cedevita y el Limoges. Los de Jasmin Repesa tienen un equipo, por ahora, sin americanos. Once croatas y un bosnio es su apuesta low cost. El Limoges vuelve a la elite, aunque muy lejos de ser la amenaza de aquel equipo entrenado por Bozidar Maljkovic que fue capaz de ser campeón de Europa contra todo pronóstico en 1993.