Cuando Drazen Petrovic llegó al primer equipo del Sibenka de Sibenik con sólo 15 años la estrella local era un jugador apodado «Sisi». Un jugador muy duro pero con una mano de seda que respondía al nombre de Predrag Saric. Estuvo 15 años en el equipo y fue el encargado de dar la bienvenida al baloncesto de élite al «Genio de Sibenik» cediéndole mucho protagonismo en el equipo. Su vida es casi de película porque durante la guerra de los Balcanes llegó a ser dado por muerto por error. Lo que Predrag ni siquiera imaginó es que años después su hijo, Dario, sería también con 15 años uno de los jugadores más deseados del planeta de la pelota naranja.

Dario Saric llamó la atención desde el principio, cuando llegó a la escuela Drazen Petrovic, y las comparaciones con la gran estrella croata no tardaron en llegar. Todos comparaban la calidad de ambos y sólo encontraban una diferencia, la ética de trabajo de Drazen. Nadie ha sido como él, trabajaba todos los días en la cancha desde las tres de la tarde a 11 de la noche, a menudo los empleados de la limpieza le servían los balones para que siguiera tirando. Dario, apunta su padre, «sólo» trabajaba la mitad, cuatro horas diarias.

En España le conocimos en su segundo año de infantil cuando con su escuela vino a jugar un torneo internacional a Santander, aunque el Baskonia le seguía desde que tenía 11 años gracias a Dusko Ivanovic, amigo íntimo de su padre. Querejeta intentó ficharlo pero según su progenitor: «Nos encantó Vitoria, visitamos el apartamento donde iba a vivir, la cancha de entrenamiento pero Baskonia quería que firmáramos un contrato de 11 años y nosotros queríamos sólo 8».

Dario Saric creció en Jadrija, una ciudad balneario situada en una península artificial en la entrada del canal de San Antonio que conduce a Sibenik, con sus padres y su hermana. Predrag invirtió los ahorros del baloncesto en dos casas y dos apartamentos que tiene alquilados y en una empresa de transportes por carretera, de hecho no es extraño verle al volante de alguno de sus camiones. Dario siempre quiso imitar a Magic Johnson, se empapaba en sus videos y trataban de imitarle, sus otros dos referentes eran Manu Ginobili y Rudy Fernández porque «han demostrado que para jugar en la NBA no todo son los músculos». Su carrera siempre ha despertado mucho interés pero parece que no acaba de arrancar. Elegido en el draft de la NBA, número 12 de 2014, este segundo año en el Anadolu Efes debe de ser el año de su confirmación para saltar el charco en el verano de 2017. Hasta ahora no lleva un gran año pero puede estallar en cualquier momento. Anadolu Efes es un equipo con grandes jugadores como Heurtel, Granger, Alex Tyus o Dunston pero no deberíamos cometer el error de perder de vista al hijo de «Sisi». Suerte€