Sin brillo, a trompicones, con más sombras que otra cosa y con un sufrimiento en el esprint final que el guión del partido no había marcado en los 30 primeros minutos. Así sumó ayer el Unicaja su undécimo triunfo liguero de la temporada, una victoria tan necesaria como merecida, que permite a los verdes seguir en la lucha por entrar entre los ocho mejores de la Liga Endesa.

No fue un partido para el recuerdo. De esos que grabas y ves de vez en cuando para venirte arriba. Pero es verdad que el equipo mostró una mejor cara que partidos atrás. Y ésa es una muy buena noticia. Y es que la plantilla verde al fin emite señales que invitan a un moderado optimismo.

Es una evidencia que el Unicaja ha mejorado esta última semana. No sé si ha sido la marcha de Hendrix, la llegada de Hayes o los rumores sobre más salidas y llegadas en los próximos días, pero el caso es que el equipo ha despertado, juega ahora con mayor alegría, compite de tú a tú y, lo que es más importante, gana. Y eso es mucho si tenemos en cuenta que desde que empezó 2016 hace ya dos meses y medio, hasta ayer, solo ¡¡una vez!! el Unicaja había ganado dos partidos seguidos. Un dato que explica a la perfección dónde estamos y por qué.

Esta vez el CAI no fue la «bestia negra» de los últimos años. La verdad es que el equipo maño está lejos de ser esa escuadra competitiva que las temporadas precedentes era un martirio cada vez que estaba al otro lado de la pista, en su Príncipe Felipe o en el propio Martín Carpena. Ayer ofreció resistencia y no dio nunca el partido por perdido, es cierto, pero estuvo siempre por detrás y nunca dio la impresión de poner contra las cuerdas a los de Plaza.

Asumiendo que no fue una gran mañana de básket, estaremos todos (o casi todos) de acuerdo que quizás tampoco es el momento de pedir espectáculo. El tiki-taka del curso pasado es hoy solo un bonito recuerdo que nos deja aquel Unicaja 21 semanas líder de la ACB 2014/2015. Lo importante a día de hoy es solo sumar. Ahora es momento más de picar piedra, de agachar el culo en defensa, de sufrir y de salir de este sinsentido lo antes posible. Solo así, el Unicaja podrá recuperar el estatus que le corresponde en la clasificación de la Liga Endesa, entre los 8 mejores, y a poder ser más cerca del cuarto que del octavo.

Kenneth Hayes fue uno de los nombres propios del partido. El escolta americano se estrenó en el arranque del segundo cuarto. Su primer tiro no encontró premio, pero luego hizo un par de canastas seguidas que le dieron moral a él e ilusión a la grada, expectante siempre que una cara nueva asoma por el túnel de vestuarios. Muy atlético, con un salto brutal a pesar de su corta estatura, Hayes dejó algunos destellos de lo que puede ser cuando se familiarice con sus compañeros. También debutó, por cierto, el canterano Viny Okouo. Pero lo suyo fue testimonial, los últimos nueve segundos del partido, ya con todo decidido.

El Carpena estuvo ayer demasiado vacío. La mañana dominical invitaba a todo menos a encerrarse en un sitio a cubierto, es verdad, pero el partido era una finalísima y poco más de seis mil aficionados es una cifra demasiado pobre. Es urgente que los indecisos y los que buscan alguna excusa para no ir a los partidos regresen al Palacio. Este equipo, con el campo lleno, casi nunca ha fallado. Se pueden contar con los dedos de una mano derrotas del Unicaja en la «era Plaza» cuando el Carpena ha «muerto» con los suyos, con 9.000 ó 10.000 tíos empujando desde arriba. Los cuartos de final con el Baskonia y las «semis» con el Barça del play off del año pasado deben ser el ejemplo a seguir. Es la hora de sumar esfuerzos, en la pista y en la grada.

La «marea verde» debe concienciarse que de aquí al final de la Liga Regular habrá que sufrir casi cada día. Quedan 11 jornadas y hará falta ganar 7 ó 8 partidos. No será fácil, aunque si la dinámica es la misma que en los últimos 10 días, seguro que el equipo alcanza sin sobresaltos el ansiado play off.

La victoria ante los maños vale para colarse otra vez entre los 8 mejores, aunque sea en un triple empate con UCAM y Bilbao. Ahora toca pasar una página más del calendario europeo, el viernes, ante el Estrella Roja, en el Carpena, y tratar de sorprender al Baskonia, el próximo domingo, ya de Ramos, en su guarida de Vitoria.