En el deporte, y mucho más en baloncesto, no existen los imposibles. El Unicaja comenzará mañana en La Fuente de San Luis ante el Valencia Basket una serie de cuartos de final igualadísima. El favoritismo recae sobre el equipo local, un Valencia que ha sido líder de la Fase Regular toda la primera vuelta. Pero el Unicaja ya sabe lo que es jugar y ganar un play off en el que parte con la clara desventaja del factor pista. Jugar ante tu público suele ser un factor decisivo, casi fundamental. La historia lo dice claramente. Pero el Unicaja ya sabe lo que es «saltarse» la historia y pasar por encima del factor cancha. Ya ha pasado tres eliminatorias. Y, ojo al dato, dos de ellas han sido ante el Valencia Basket, el rival de esta serie de cuartos de final.

Las víctimas fueron el Pamesa, en la temporada 2003/04 y 2009/010, y el Real Madrid, en el inolvidable cruce de cuartos de final de 2007/08, en el que por primera vez en la historia, el octavo de la Fase Regular le ganaba al primero. En esas tres ocasiones, «taronjas» y merengues contaban con el calor de su público. Los tres fueron cruces de cuartos de final, aunque el primero, el de 2003/04, se celebró a cinco partidos. Los otros dos ya sólo fueron a tres. Y el Unicaja firmó la proeza en los tres.

Es cierto que en la ACB, al igual que ocurre en la Euroliga, tener a favor el factor pista suele ser decisivo. Pero hay excepciones que confirman la regla. Y el Unicaja ha logrado tres a lo largo de su periplo en los play off, donde esta temporada firmará su decimoséptima presencia.

El primer cruce contra el Pamesa que se resolvió a favor del Unicaja contando con el factor pista en contra se disputó en un momento muy delicado para la historia de la entidad de Los Guindos. Acabada la etapa de Bozidar Maljkovic, el club puso su proyecto en manos de Paco Alonso en el verano de 2003. El técnico dimitió cuando la competición había devorado un par de meses y su recambio fue Sergio Scariolo.

El italiano recompuso el equipo tras la espantada del pívot Victor Alexander -llegó Larry Lewis- y se metió en los play off acabando la Fase Regular en la sexta posición. El rival de cuartos fue el Pamesa Valencia del francés Rigaudeau, del argentino Montecchia, del argentino Oberto, del griego Dikoudis o del serbio Tomasevic.

Era vital pasar, porque de lo contrario, el Unicaja se hubiera quedado fuera de la Euroliga la siguiente campaña. La eliminatoria fue preciosa y se resolvió en el quinto partido de la serie, en Valencia, después de que el Pamesa ganara los dos primeros choques en La Fuente de San Luis (91-80 y 82-66) y luego el Unicaja igualara la serie en el Carpena (86-81 y 69-58). En el quinto y decisivo duelo, el Unicaja, agarrado a una zona 2-3 en la segunda parte y al acierto de Louis Bullock (23 puntos) y de Larry Lewis (20), asaltó la pista azulejera y dio la campanada: 68-87. Ese partido ya es historia del club de Los Guindos.

Ante el Madrid de Plaza. Más mérito si cabe tuvo todavía la victoria frente al Real Madrid, unos años después, en la temporada 2007/08. Y es que el octavo de la Fase Regular nunca le había ganado al campeón. Pero ocurrió en ese play off de cuartos, disputado ya bajo el formato de tres partidos. Una serie exprés en la que se vivieron momentos irrepetibles. El Unicaja logró una magnífica victoria en Vistalegre (73-89). Y unos días después, en un Carpena en el que no cabía ni un alfiler, llegó la gesta. El Unicaja venció 88-86. El Madrid, el gran favorito, caía ante el octavo. Una serie que jamás olvidará el entrenador del Unicaja, Joan Plaza, porque él era por aquel entonces el preparador del Madrid.

Tan sólo un par de años después, el Unicaja y el Valencia volvieron a verse las caras. Y de nuevo con el factor pista para los levantinos. De nuevo el Valencia tenía un verdadero equipazo: Nando de Colo, Víctor Claver, Matt Nielsen o Kosta Perovic. El Unicaja de Aíto García Reneses partía como víctima, en un año, al igual que éste, que había resultado realmente complicado. El Unicaja se perdió la Copa del Rey, hubo muchas lesiones y muchos temporeros se vistieron de verde.

También era un play off a tres partidos de cuartos de final. En Valencia, en el estreno de la serie, el Unicaja, guiado por Omar Cook (20 puntos) y Gary Neal (20), llegó a los últimos segundos con un punto de diferencia en su contra. Y un jugador que no entraba en las quinielas, el americano Zabian Dowdell, se jugó la última posesión, tras un saque de banda, y anotó una bandeja sobre la bocina: 82-83.

Fue increíble y la expedición cajista volvió a Málaga consciente de que debía cerrar la serie por la vía rápida. Y así fue: 85-76. Era la segunda vez que el Unicaja le ganaba al Valencia en cuartos y sin factor pista. Y la tercera en su palmarés. Tres ejemplos de los que el equipo debe tomar nota.