El Gran Canaria se mueve al ritmo de dos jugadores con pasaporte macedonio aunque americanos de nacimiento. Dos jugadores muy distintos pero que a su vez tienen muchos puntos comunes, el primero: Málaga. Richard Hendrix jugó en el Unicaja la temporada pasada, la sombra de las lesiones y su carácter, propiciaron su salida en marzo rumbo al Maccabi. Unas fechas antes el equipo tuvo la opción de contratar a McCalebb pero las dudas sobre su físico acabaron con el americano en Limoges y con Kenny Hayes en la Costa del Sol. Las lesiones han sido el gran calvario de ambos jugadores y han marcado de manera negativa su carrera.

Nacidos sólo con un año de diferencia, ambos optaron por el pasaporte macedonio para alargar su carrera en Europa. El impacto de McCalebb fue brutal y a punto estuvo de subir a «su selección» en el cajón del Europeo de 2011, sólo una gran España comandada por Juan Carlos Navarro lo evitó, mientras que Hendrix cuajó una buena actuación individual en el 2015, pero Macedonia no pasó de la Primera Fase. McCalebb se convirtió en un héroe nacional rebautizado por su compañero Pero Antic como «Bosko McCalebbovski» y Hendrix en un nacionalizado más. A la hora de estudiar los dos eligieron la universidad de su estado y quedarse en casa, el base en Nueva Orleans y el pívot en Alabama diciendo «no» a la todopoderosa North Carolina que quería vestirle con el azul que llevó Michael Jordan.

Ambos se pueden considerar supervivientes. McCalebb, nacido en Nueva Orleans, es uno de los supervivientes del huracán Katrina. Fue además el único jugador de la universidad de Nueva Orleans que se mantuvo en el equipo después del paso del huracán, lo que el convirtió en una de las personas más celebres de su ciudad. Hendrix nació en Athens (Alabama). 11 años antes de su nacimiento su ciudad pudo desaparecer del mapa. La central nuclear del pueblo, Browns Ferry Nuclear Power Plant, sufrió un accidente nuclear. Un trabajador usando una vela para comprobar si había fugas de aire inició un incendio que estuvo a punto de hacer saltar por los aires a todo el pueblo. Bronwns Ferry era entonces la central nuclear más grande del mundo y Athens un pueblo de 20.000 habitantes. Sus padres les han marcado mucho a los dos. El padre de McCalebb, al que todos conocían como Bo y del que heredó el apodo, era un jugador de baloncesto callejero. En su juego se inspiró y con 10 años jugaba contra niños de 17. Así consiguió superar las limitaciones que su altura le proporcionaba a la hora de tirar a canasta. El padre de Hendrix era profesor y entrenador de baloncesto en Alabama. Richard no sólo se convirtió en jugador profesional sino que es el único jugador de baloncesto del programa académico de su universidad que ha completado su carrera de 4 años en sólo tres.

Ahora en Las Palmas ambos parecen haber encontrado juntos la tranquilidad y, aunque sus mejores partidos parecen haber pasado, son un peligro constante para sus rivales. Unicaja mide su juego en una pista difícil y ante un equipo en racha. Omic vuelve a casa y junto a Musli deberían ser la llave que abriera la puerta de una victoria verde en Gran Canaria si previamente alguien para a los dos «macedonios». Suerte...