No fue el mejor partido del Unicaja esta temporada. Ni si quiera del último mes. Y ganó. Con relativa «facilidad». Toda la que se puede tener en un partido de play off por el título en la ACB. Y ante un rival realmente complicado. Tuvo altibajos en su juego el Unicaja, le faltó constancia y regularidad. No estuvo rápido en la circulación, mostró muy poco acierto en el tiro (44% de dos y 33% de tres), le costó encontrar continuidad... Y ganó. Y sin embargo ganó. Y, lo dicho, con relativa sencillez. Como venció, sin defender, en Murcia. Y al Real Betis Energía Plus. Sí que se aplicó atrás el equipo malagueño. Que iba y venía del partido. Del 19-22 pasó al 56-46 y de ahí a 61-58. Pero este Unicaja ya no necesita hacer partidos corales y extraordinarios para sacar adelante los encuentros. Sigue amasando triunfos (10 en los últimos 11 partidos ya) casi por inercia. Y es por eso que, llegados a este punto, a este nivel y con el Unicaja tirando de oficio, por lo que estos play off tienen tan, tan, tan buenísima pinta...

Necesita el Unicaja apenas un par de chispazos, de situaciones extrañas que hagan dudar al rival. Al Unicaja le sostuvo en el partido que abrió la serie de cuartos ante el Iberostar Tenerife su buena actitud atrás, su intensidad y las apariciones de Nedovic y Suárez. No contaba ni Txus Vidorreta ni el equipo insular con la vitamina que ha traído el Unicaja para estos play off. Nadie contaba con él. Con Christian Eyenga.

El alero fue un coloso y aportó al Unicaja eso que tantas veces se le ha echado de menos: físico. O, como decía Sergio Scariolo, atleticismo. Sus portentosas cualidades físicas permitieron al Unicaja arrollar, por momentos, al Iberostar. Eyenga es potencia en estado puro y, bien rodeado, es un jugador más que interesante. Para estos play off y para un Unicaja de futuro en Euroliga, donde el músculo está tan caro. Eyenga, no se engañen, no va a volver a meter 21 puntos con la camiseta del Unicaja. Pero sí que va a seguir robando balones, poniendo brazos en las líneas de pase, ayudando en el rebote, dándole todo eso al equipo. Algo de lo que adolecía. Porque él es la antítesis de Waczynski. El polaco hubiese enchufado esos triples que él falló. Y no le hubiera metido el nivel de intensidad que tuvo gracias a su aparición.

Eyenga revolucionó el partido. Cuando salió en el primer cuarto (12-17 perdía el Unicaja) y después, en la recta final, cuando nadie en el banquillo del Unicaja fue capaz de parar la avería que los triples de Kirksay estaban produciendo (de 56-46 a 61-58). Eyenga, en ese momento crítico, anotó de dos, luego firmó un dos más uno, volvió a anotar en suspensión... El africano anotó, desde el 57-54 que indicaba el marcador al arranque del último cuarto, 14 puntos casi consecutivos para dejar el choque en 75-60. Fue una salvajada mayúscula. Una brutalidad. Canastas, tiros libres y hasta un triple. Vitamina Eyenga.

Su aparición fue decisiva, en un encuentro raro, en el que el Unicaja hizo cosas que no suele. Primero, trató de nutrir, más que nunca, de balones a sus pívots. Especialmente a Omic, que sufrió muchísimo en el arranque de partido. Y después en el tercer cuarto, cuando Plaza no movió el banquillo salvo a falta de 49 segundos. Sólo retiró a Omic para dar minutos a Musli. Pero no intercambió más piezas en todo ese cuarto. Hasta que faltaban 49 segundos. A pesar de que la renta menguaba, de que Kirksay le había hecho un traje desde las esquinas y de que al equipo se le veía desfondado y sin chispa.

El Unicaja se sacudió la presión de jugar primero en casa en una serie tan corta como ésta. Y ahora ya mira al viernes, a La Laguna, donde tratará de darle el jaque mate a la eliminatoria. Será mucho más difícil que este domingo. Porque ellos, con su gente, van a apretar muchísimo. No se merecen acabar una temporada histórica para su club con un 2-0 y sin haberle ganado ni una vez este curso al Unicaja, en el duelo de «Eurocampeones». Así que deberá subir un peldaño más. Hay cinco días para prepararse. Para tratar de ganar un partido que pondría al Unicaja en las semifinales de la ACB. Para tratar de ponerle la guida a una sensacional temporada.