El Unicaja vendió cara su piel contra el todopoderoso CSKA de Moscú en un partido frenético y cargado de emoción que se resolvió en los minutos finales. Los de verde, que casi siempre fueron a remolque, hicieron lo más complicado, que fue remontar a los rusos mediado el tercer cuarto, pero malas decisiones en los minutos finales y el acierto de los visitantes impidieron que la victoria se quedara en Málaga.

El partido comenzó con el conjunto moscovita muy enchufado y sin las ideas claras del Unicaja. Fruto de ello comenzó a distanciarse en el marcador para abrir brecha de más de 10 puntos. La entrada en pista de Augustine y de Nedovic -testimonial-, mantuvieron al equipo con vida (16-17 al final del primer cuarto).

Pero fue en el segundo cuarto cuando los de Joan Plaza se pusieron el mono de trabajo. Gracias a una buena defensa, el conjunto cajista comenzó a recortar distancias en el marcador. Aún así, al descanso la renta era clara para el CSKA (39-46).

La vuelta de vestuarios el Unicaja siguió a lo suyo. Y pese al pésimo arbitraje, el equipo verde consiguió recortar punto a punto. Augustine y Suárez en la zona y McCallum, con algunas canastas de mérito, en el perímetro. El Unicaja conseguía cerrar el cuarto por delante (65-63).

Y llegó al último acto de pie y con fuerzas, pese a que pocos apostaban al inicio del partido que fuera así. Continuó el equipo de Plaza con buena sintonía y con mucho trabajo para fabricar sus puntos. Pero mediado el último cuarto comenzó a tomar malas decisiones. Precipitaciones en los tiros y el cansancio inclinaron la balanza del lado ruso, con un Sergio Rodríguez sensacional.

Derrota apretada del Unicaja, que mostró mucha mejoría con respecto a partidos anteriores, pero que no le valió para superar al líder de la Euroliga, que se mostró sólido pese a que el Carpena recordó sus mejores tardes.