Fichar o no fichar. Ahí está el dilema después de la salida la semana pasada del equipo de Dejan Musli rumbo al Brose alemán. El Unicaja cuenta ahora mismo con 13 jugadores, está obligado a hacer un descarte en cada partido y el debate está abierto entre los partidarios de hacer un esfuerzo y traerse un jugador que mejore lo que hay o mantener el actual plantel y reforzar la apuesta por la cantera, convirtiendo a Morayo Soluade y Viny Okouo en dos jugadores con un mayor rol protagonista que el que están teniendo hasta la fecha.

Joan Plaza tiene claro que estamos ante una temporada especial, con una carga de partidos jamás vista en Málaga y siempre ha apostado públicamente por contar con una plantilla larga, con un mínimo de 14 jugadores. El técnico catalán desearía que el club saliera ahora al mercado y pudiera reforzar el grupo con otro jugador, pero sus deseos parece que no son los mismos que los que tienen mayoritariamente en la planta noble de Los Guindos.

Desde el inicio de la temporada ha habido muchos rumores del posible interés del Unicaja por reforzar su juego interior en el caso de que Musli rompiera su relación con la entidad cajista. Se hablaba en principio de un jugador más atlético que el pívot serbio, un «4» físico que complementara en esa posición a Jeff Brooks y Carlos Suárez, quedando Shermadini, Augustine y Okouo como los tres centers de la plantilla. Sin embargo, desde hace ya muchas semanas, esa posibilidad parece descartada y todas las miradas se han dirigido a la posición de base, en la que Ray McCallum no acaba de ser el jugador importante que él mismo mostró en pretemporada y que el club buscó el pasado verano en el mercado de descartes de la NBA.

13 jugadores en la plantilla

Ahora, con Musli en Alemania, la plantilla de 14 se ha convertido en un plantel de 13 y el debate no está entre traer un interior o un exterior y sí más entre si salir al mercado o conformarse con lo que hay. Los contrarios a la idea de fichar apuestan, por mantener el actual grupo y pedir al entrenador que los canteranos Viny Okouo y Morayo Soluade se dediquen también a jugar y no solo a entrenar, como habitualmente están haciendo hasta la fecha. El pívot africano, desde que arrancó la temporada, ha jugado 48:46 minutos en cinco partidos de la Liga Endesa y uno de la Euroliga. El base-escolta británico, por su parte, ha participado en 10 (la semifinal de la Supercopa, seis de Liga y tres de Euroliga), con 84:15 minutos en total en pista.

En Los Guindos entienden que cualquiera de los dos canteranos está en condiciones de ayudar y que el fichaje de un jugador más iría en contra de la política de promoción de la cantera de la que el club presume y que encarna especialmente la figura de Alberto Díaz.

Tampoco se considera necesario entre los rectores del club tener que cubrir la baja de Musli, en tanto en cuanto el jugador no había debutado todavía en Liga y en Europa tenía un papel testimonial en la rotación. Si Plaza no contaba con él, piensan los que mandan que no tiene sentido buscarle un sustituto a alguien con un rol mínimo en el día a día del equipo.

El hecho de rotar últimamente solo a 10 jugadores (en Zaragoza no se estrenaron Okouo ni Dani Díez y no fue convocado Mo Soluade) tampoco juega en favor del deseo del técnico de buscar «algo» en el mercado que, por otro lado, tampoco ofrece demasiadas posibilidades a estas alturas de diciembre.

La verdad es que la actual plantilla parece suficiente para competir en España y en Europa. Plaza tiene a su disposición cada día para entrenar a dos bases (McCallum y Díaz), un base-escolta (Morayo Soluade), dos escoltas (Nedovic y Salin), tres aleros (Waczynski, Milosavljevic y Dani Díez), dos ala-pívots (Carlos Suárez y Jeff Brooks) y tres pívots (Shermadini, Augustine y Okouo). Ya quisieran muchos equipos un arsenal semejante.

Habrá que ver cómo evoluciona el mercado y si definitivamente hay fichaje o no. Plaza es consciente de las limitaciones presupuestarias del club. El catalán, además, nunca ha apretado mucho en este tipo de situaciones y ha asumido siempre las decisiones de los rectores cajistas. Por el momento, toca esperar.