El Unicaja inspecciona también la G-League en busca de un pívot "sin mochilas", como explicó este jueves por la mañana Joan Plaza las trabas que ponen algunos jugadores pretendidos, para encontrar un recambio de las máximas garantías que pueda suplir a Giorgi Shermadini. La tarea no está siendo, ni mucho menos, sencilla. Ha pasado ya una larga semana desde que se hizo oficial la fractura por estrés del dedo del pie izquierdo del pívot georgiano, y todas las negociaciones y contactos han sido infructuosos hasta el momento. Se han tocado muchas puertas y se ha hablado con muchos agentes. Pero los jugadores que realmente han interesado al club no pueden venir por unos u otros motivos.

Esa "mochila" es económica o contractual, así que la secretaría técnica verde sigue buscando en el mercado. Se ha estudiado qué ha dejado libre la Liga de China, qué jugadores pueden romper contratos para venir en Europa o quién quiere venir ahora sin el compromiso de hacer un contrato por otra temporada más. Hay algún jugador con opciones reales de venir, pero sin consenso, a día de hoy, en el seno del club.

El Unicaja mira ahora a la G-League, un gran escaparate para muchos jugadores, donde vino, por ejemplo, Jack Cooley hace un par de temporadas. Pero con una importante tara: el Unicaja sólo puede fichar a jugadores comunitarios o que tengan algún pasaporte cotonú. Es decir, no puede venir un pívot americano sin algún pasaporte. Y en la G-League lo que abundan especialmente son este tipo de jugadores: estadounidenses.

Fichar a un jugador de la G-League implica, esta temporada, abonar una cláusula de salida de 45.000 ó 50.000 dólares, dependiendo del contrato del jugador. Y, por supuesto, hay un buen número de jugadores de gran nivel y europeos que no pueden dejar sus equipos porque tienen contratos NBA o contratos "duales" que se lo impiden. Son los casos, por ejemplo, de Ante Zizic o Ivica Zubav, por ejemplo.

Quien sí que podría abandonar su equipo y venir a Málaga es Joel Bolomboy, un pívot nacido en Ucrania, con pasaporte estadounidense, fichado por Milwaukee Bucks y enviado el pasado 10 de enero a los Wisconsin Herd. Bolomboy, de 24 años y 2,06 metros, promedia 16,8 puntos, 9,8 rebotes y 13,4 de valoración. Es un jugador de futuro NBA, pero sin sitio por ahora, que encaja en el perfil de pívot que busca el equipo malagueño.

También tiene el perfil deseado el francés Yannis Morin, también de 24 años, que jugó en el Cholet y Chalon antes de fichar este verano por Oklahoma, y fue cortado. De 2,08 metros de altura, conoce ya el baloncesto europeo, y milita en los Oklahoma City Blue, donde promedia 5,3 puntos, y 3,9 rebotes en 16 minutos.

El Unicaja no quiere descartar ningún cambo ni ninguna Liga. Necesita fichar cuanto antes, como ha manifestado hoy Joan Plaza, y busca en todas las Ligas competitivas, incluyendo ahora la G-League. "Me hubiera gustado que estuviera al día siguiente de la lesión, a todos los entrenadores, tener un recambio automático para cada lesión, pero el mercado está muy trillado, es muy difícil. Se está haciendo una serie de apuestas, las ofertas que se han puesto sobre la mesa han sido de espaldas a los entrenadores de los equipos que pertenecían y estos entrenadores se han negado a su salida, jugadores que están acabando competiciones que podrían venir en buena forma y otros que están sin hacer nada. Hay un filtro importante, no queremos traer a nadie que no venga para ayudarnos. Unos porque están fuera de forma, otros porque no tienen experiencia y otros porque no les han dejado han hecho que esta criba sea muy difícil. Estoy a la espera de tener noticias, de hecho pensaba que ayer noche iba a tener noticias pero no sé nada más", dijo hoy Joan Plaza.