­Sería una foto demoledora, muy nociva para los intereses del PSOE que en los próximos meses habrá de enfrentarse a la casi segura convocatoria de autonómicas, y a las municipales y las generales: ver a dos expresidentes de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán y Manuel Chaves, declarando ante el Tribunal Supremo por el caso de los ERE. Sin embargo, un adelanto electoral en la comunidad provocaría, con seguridad, que el acto judicial fuera retrasado para evitar interferir en esos comicios.

De momento, la instantánea ya asusta en la mente de muchos dirigentes socialistas porque ahora mismo es una realidad. El instructor del caso, Alberto Jorge Barreiro, ha previsto que el próximo mes podrá tomar declaración a Chaves y Griñán. Estos días, el magistrado del Alto Tribunal español ordena un sumario «confuso y complejo», según fuentes cercanas al caso.

Del sumario, el juez va a separar los hechos que podrían afectar a las personas aforadas implicadas para limitar la investigación a un hipotético delito de prevaricación. Las fuentes aclaran que es precipitado señalar posibles delitos y concretaron que la decisión sobre pedir o no el suplicatorio podría retrasarse hasta la primavera, y más aún si hubiera convocatoria de elecciones en Andalucía, comicios en cuya campaña no querría interferir el alto tribunal.

Además están implicados en el caso ante el Supremo los exconsejeros José Antonio Viera y Gaspar Zarrías (diputados) y Mar Moreno (senadora).