La cría de abejas reina permite aumentar el número de colmenas y mejorar la calidad de la miel y constituye un reto que deben asumir los apicultores modernos para garantizar la viabilidad económica de sus explotaciones y combatir la extinción de estos insectos.

Para extender esta práctica, la Asociación de Apicultores Malagueños está impartiendo un curso de cría de abejas reina en Colmenar, municipio en el que tiene su sede, que está teniendo una gran acogida con una treintena de participantes.

Alejandro García, monitor de este curso, ha explicado a Efe que el manejo de la reina, más allá de posibilitar tener más colmenas, hace posible una selección genética del apiario, avanzar en la calidad de las abejas y reproducir las colonias que más convienen porque sean más mansas y productoras.

"De las colmenas que sean malas no sacaremos reinas y lo que haremos es sustituirlas", ha detallado García, quien ha remarcado que las reinas son las que manejan la genética de la colonia, por lo que "una colonia va a ser tan buena o tan mala como sea su reina, que es la única que puede reproducirse".

El monitor ha afirmado que el proceso que se está intentando que los alumnos aprendan consiste en seleccionar una colmena madre que sea interesante por sus condiciones y obtener de ella las reinas.

Para ello, se retiran las larvas de menos de 72 horas y se colocan en unas cúpulas de plástico o de cera similares a las celdas reales, que a su vez se introducen en una colmena huérfana, que no tiene reina y a la que se le han quitado todos los huevos.

"Al no haber reina, van a tener la necesidad de criar una nueva y las obreras sólo van a atender las larvas que hemos puesto", ha indicado.

Se da la particularidad de que la larva que da lugar a una reina es la misma de la que sale una abeja obrera, y la diferencia está únicamente en el tipo de alimentación que reciben, ya que la reina es alimentada sólo con jalea real.

Antes de que nazcan las reinas, se sacan de las cúpulas y se enjaulan en unas pequeñas cajas de plástico, junto a una solución de azúcar, y otras abejas obreras que la alimentarán.

El objetivo de la operación es que las reinas no nazcan juntas, ya que el proceso de selección natural del animal daría lugar a que se matasen entre sí y quedase un único ejemplar, ya que sólo puede haber una reina por colmena.

La cría se puede realizar también en una misma colmena, para lo que se arrincona a la reina vieja en la parte de abajo con una rejilla, con la finalidad de que las obreras de arriba no detecten su olor y críen a nuevas reinas.

García ha indicado que estas técnicas se antojan fundamentales ante la desaparición de las abejas en todo el mundo por la competencia de los monocultivos y la acción de los agroquímicos.

El monitor ha declarado que la abeja incide en la polinización del 80 por ciento de lo que consume el hombre, "y si queda relegada a santuarios de monte natural el resto de la Tierra no va a estar polinizada, y eso es muy grave".

Está convencido de que combatir la extinción "está en la mano del hombre", aunque ha reconocido que es difícil luchar contra empresas que usan transgénicos y herbicidas y "hay muchos intereses que juegan en contra de las abejas".