«La vida es bella y te da una segunda oportunidad en amor. Gracias». Era uno de los mensajes que J.M.O.T., de 47 años de edad, había publicado en uno de los hasta diez perfiles diferentes que tenía abiertos en Facebook. El presunto asesino de María Adela utilizaba esta y otras redes sociales para localizar a mujeres. Una vez que los agentes de la Guardia Civil lo detuvieron, al buscar pistas en internet sobre las circunstancias que pudieron rodear la relación entre ambos, no dejaron de encontrar datos llamativos. Además, al investigado le constaban hasta siete denuncias de otras dos mujeres, por relaciones anteriores a la que actualmente mantenía con la vecina natural de La Viñuela.

También les llamó la atención la facilidad con la que J.M.O.T. facilitaba de manera pública, sin limitación para cualquier persona ajena a su cupo de amigos en Facebook, hasta el número de móvil.

En las redes, el hombre informaba asimismo de que se hallaba «divorciado» o que pretendía encontrar «amistad con chicas». En otro de sus perfiles agregaba: «Soy cariñoso, leal, etc. Tengo mucho cariño que dar», expresaba. De hecho, la mayoría de las 500 personas a las que seguía en internet eran mujeres.

Los investigadores también indicaron ayer que justo en el momento de la detención todavía pesaba sobre él una orden de alejamiento por una de las dos denuncias presentadas contra él.

Pero nada de eso imaginaría en su momento María Adela, cuando empezó a entablar conversaciones por internet con quien, presuntamente, ha acabado con su vida tras asestarle cerca de 30 puñaladas. La mujer había perdido a su marido de un ataque al corazón hace apenas un lustro y a finales del pasado año perdió a su hijo más pequeño, de una dolencia con carácter hereditario, como indicaron ayer sus vecinos.

De esa forma buscaba justo en este momento, en el amor, la mejor forma para pasar página y encontrar nuevas motivaciones para vivir, como también habían manifestado sus familiares y allegados en estos dos últimos meses. Tanto ella como su hijo mayor solían animarse mutuamente, con la mirada perdida durante largas horas en el embalse de la Viñuela, el que se encuentra justo a los pies del núcleo de Los Romanes.

«Ahora el chiquillo se ha quedado solo. Es lo que le faltaba. Perdió a su padre, luego a su hermanito y ahora a la madre. Ojalá que el culpable de esta nueva tragedia se pudra en la cárcel», manifestaba una de las mujeres que, entre lágrimas, recordaba ayer a Adela.

El alcalde de La Viñuela, el socialista José Juan Jiménez, insistió en que un episodio como el acontecido en su municipio, de apenas 2.000 habitantes, «no se lo espera nadie». Agregó que se han iniciado contactos con la Delegación de Asuntos Sociales y con el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Málaga, además, de con el Centro de Información de la Mujer del municipio para tomar algún tipo de medidas que ayuden a luchar contra «esta lacra y terrible epidemia de la violencia machista».

«Acabar con esta sinrazón»

Al respecto, la directora del propio IAM en la provincia, Elena Ruiz, ya manifestó que la violencia de género «seguirá repitiéndose mientras la sociedad tolere el sistema machista en el que se basa, y en el que algunos hombres maltratadores se escudan para creerse impunes mientras someten y maltratan a sus parejas».

«Estos maltratadores no se sienten delincuentes porque tienen una conciencia machista, respaldada por un sistema cultural patriarcal que reproduce los roles de género, colocando a las mujeres como objetos sexuales y como propiedad de los hombres», denunció después del terrible asesinato de María Adela.

Incluso mostró su opinión, a través de las redes sociales, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para condenar el fallecimiento de esta mujer: «La sociedad debe permanecer unida para acabar de manera implacable con esta sinrazón», declaró en su cuenta personal en la red social Twitter.