Llegó 2019. Y es el año marcado en rojo por el alcalde de Vélez-Málaga, el socialista Antonio Moreno Ferrer, no sólo por las elecciones del próximo mes de mayo, sino por el reto que en primera persona se ha marcado: recuperar el sistema tranviario de la capital axárquica. Ni la Junta de Andalucía, con reiteradas promesas no plasmadas por escrito, ni sus propios compañeros de gobierno, según atestiguan los más directos asesores del regidor, «han logrado cumplir con la promesa que se plasmó por escrito durante el acuerdo tripartito para la investidura».

Otras fuentes del propio gobierno incluso ponen sobre la mesa cuestiones que servirían para abrir comisiones de investigación en otros ámbitos, como la posibilidad de que después de la interrupción del servicio del tranvía, dictada por el PP durante el anterior mandato, en junio de 2012, «ni siquiera llegasen a Australia las unidades que Delgado Bonilla dijo que se habían alquilado. No ha quedado constancia alguna de la documentación de aquel alquiler», relatan. De lo que sí hay certeza en estos primeros días de 2019 es de que el sistema impulsado en su día por otro regidor socialista y actual candidato de Por Mi Pueblo a la Alcaldía veleña, Antonio Souviron, alcanzaría después de las próximas municipales siete años anclado en la misma vía muerta donde se hallaba en los anteriores comicios.

El tranvía, además, ni siquiera permaneció seis años en funcionamiento, puesto que su inauguración se remonta a octubre del año 2006. En un último esfuerzo municipal por recuperarlo, el Consistorio ha recurrido a fondos europeos para financiar los gastos derivados de la reparación de las infraestructuras, las que han permanecido sin utilidad alguna en este periodo de siete años, al igual que las que nunca llegaron a inaugurarse, las correspondientes a la segunda fase del trazado.

El montante económico necesario partirá de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi), bajo el título de BIC Vélez, y está previsto que el plazo de ejecución sea de nueve meses. A la iniciativa se le dio luz verde mediante un decreto, que de inmediato obtuvo el rechazo público de la oposición. Los dos integrantes del grupo municipal de IU, por ejemplo, exigieron a Moreno Ferrer que justificase en pleno las características de un proyecto que requerirá 10 millones de euros.

El regidor veleño justificó tanto el procedimiento de contratación del mismo, mediante decreto, como la necesidad de agilizar las obras de restauración de las infraestructuras de las dos fases del sistema tranviario veleño. En el escrito figuraba, de manera explícita, esa necesidad de «actuar en la electrificación de la línea, las vías y plataformas, las paradas, la señalización ferroviaria, la señalización viaria y el puesto central, además de en la puesta en servicio del trazado y otras instalaciones».

Moreno Ferrer, según IU, ha optado «por liarse la manta a la cabeza» cuando ni siquiera está aclarada la viabilidad del tranvía. Sin embargo, en palabras del propio alcalde, el sistema tranviario es lógico que sea deficitario, como les ocurre a la mayoría de los transportes públicos. Y lamenta que el Partido Popular anulara un servicio «sostenible y la vanguardia en Andalucía».