La familia de Dana Leonte, la mujer de 31 años en paradero desconocido desde el pasado 12 de junio, ha asegurado este jueves que "le ha pasado algo" porque no es normal que lleven tantos días sin saber nada de ella y ha subrayado que "nunca abandonaría a su bebé de siete meses".

Su hermano, Florín, de 38 años, pintor de profesión y residente en Vélez Málaga, ha dicho que ha perdido la esperanza de verla con vida y que cree que alguien cercano a ella ha tenido que hacerle algo porque "es imposible que sea una desaparición voluntaria".

Además ha pedido que se investigue si el novio tiene algún tipo de grabación de la llamada en la que Dana Leonte le decía supuestamente a su pareja que se iba a Rumanía ya que, según este familiar, el novio siempre ha dicho que graba todas las conversaciones telefónicas por su trabajo.

No quiere señalar posibles responsables, aunque reconoce que tiene sus sospechas pero ha dicho que será la Guardia Civil la que tenga que decirlo cuando tenga pruebas.

Los investigadores han continuado esta mañana la búsqueda a pie, en moto y coche patrulla, según han asegurado a Efe fuentes cercanas a la investigación, que han explicado que se está haciendo un trabajo "muy minucioso" y que hoy se han centrado en parcelas y cortijos cerrados así como en caminos y cañadas.

Además continúa colaborando la Unidad Canina de la Guardia Civil de Sevilla con dos perros, un pastor belga y un sabueso, y agentes de diferentes unidades especializadas de la Guardia Civil.

Los agentes están ampliando cada vez más el radio de búsqueda para intentar localizar alguna pista en un término municipal de Arenas que tiene una superficie de casi 27 kilómetros cuadrados y los investigadores están invirtiendo todos los medios posibles para aumentar la información y culminar la investigación encontrándola.

La investigación comenzó como una desaparición voluntaria pero que la Guardia Civil está trabajando con toda la información que se está recogiendo tanto en el pueblo como en los alrededores para localizar.

Dana Leonte, de nacionalidad rumana, llevaba varios años viviendo en Arenas y recientemente comenzó a regentar un bar y fue su pareja sentimental, con el que tiene una hija de siete meses, el que denunció su desaparición y ahora se ha quedado a cargo de la menor.