El carnaval de Málaga despidió anoche el concurso de coplas en el teatro Cervantes, que registró un lleno absoluto y un gran ambiente de fiesta. También de expectación por ver las últimas actuaciones de los grupos que llegaron a este último pase y comentarios sobre los que, a su juicio, tenían que haber pasado; los cajonazos, según el argot. Esperaba una larga noche, el duelo final de coplas, hasta que el jurado diera su veredicto, seguramente pasadas las cinco de la mañana. El sueño no importa en noches como ésta, y menos cuando la calle está a la vuelta de la esquina, tras el pregón de Juambe Cobos esta tarde en la plaza de la Constitución. Empezará el auténtico carnaval.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acudió a su cita con la final del carnaval disfrazado de general Torrijos. Tras unas palabras de bienvenida de Rafael Acejo, presidente de la Fundación, De la Torre salió al escenario acompañado de varios concejales del equipo de gobierno municipal y de la oposición. Fueron recibidos por el patio de butacas con algunos pitos, que se convirtieron en seguida en un grito unánime: «Esto sí que es un peazo murga».

Destacaba el disfraz del portavoz del grupo municipal de IU, Eduardo Zorrilla, con albornoz, gorro de ducha y un barreño en cuyo interior podía leerse 11 litros, que provocó algunas risas. De este modo, criticaba el nuevo sistema de tarifas en el cobro del agua y recreaba la ducha del regidor y su discurso sobre el ahorro.

Carlos Álvarez

Con cierto retraso comenzó la gran final, tras la audición del himno entonado por el barítono Carlos Álvarez, y que contó con las actuaciones de cinco murgas, cinco comparsas y dos cuartetos, modalidad que después de muchos año volvió a estar en la final. De hecho, la gala comenzó con El cuarteto está al caer.

Buena parte del público del teatro acudió disfrazada anticipando así el verdadero carnaval en una noche que terminó con chocolate y churros, como antiguamente.

Las comparsas han brillado en la edición de este 2014, demostrando todas las de la final un gran nivel. No tanto las murgas, con destacadas ausencias de grupos, que han preferido tomarse un año sabático. Sin embargo, el pase a la final se vendió muy caro. El jurado se decantó por un estilo de murga espectáculo que optan por hacer partícipes al público.