El año pasado leí en un artículo de opinión de un diario gaditano a José Joaquin León que afirmaba que "un cuarteto bueno levanta una función. Uno malo la suele hundir". Anoche tras la actuación del único cuarteto en concurso del COAC malagueño constate que lo que escribió el crítico carnavalero era totalmente realidad. Los que compartieron butaca conmigo saben de lo que hablo. El Cervantes rugió, se vino arriba de una manera increíble, creando un ambiente propio de una final. El público resucito y siguió jaleando y animando hasta que empezó la siguiente agrupación. Habíamos pasado tan buen rato que había que celebrarlo. Lo de este cuarteto es de otra galaxia. Un misterio sin resolver que puso sobre las tablas una gran actuación demostrando, que a todos los que habían perdido las esperanzas en esta categoría dentro de nuestro concurso, estaban equivocados. Hace tres años ya pegaron un pelotazo y ahora vuelven con un cuarteto mejor aún si cabe.

El cuarteto es el talón del Aquíles del carnaval de Málaga, es esa piedra en el camino que aún nos cuesta sobrepasar, una especie que amenaza con extinguirse a pesar de que en las últimas ediciones del concurso haya habido un repunte importante. Como olvidar el cuarteto de los niños del año pasado o a los legionarios de Edu Lama. Hemos tenido propuestas muy interesantes, al igual que ha habido otras que han sido desastrosas.

La dificultad de la categoría requiere un esfuerzo considerable y hay que saber trabajar muy bien el humor para hacer que una parodia levante el teatro.

Entonces llega Víctor, Nano y su grupo y todo esto parece fácil. Humor, ironía, guasa de la buena... De esa que todavía no te has terminado de reír por un golpe y ya han soltado otro, y entonces te das cuenta que estas justo 28 minutos riéndote sin parar. Bueno algo más, ya que aunque se pasaron de tiempo no quisieron echar el telón sin cantar el final de su tema libre. Que más da si los penalizan, el público se lo estaba pasando en grande y había que despedirse como Dios Momo manda.

No hay concurso de cuartetos este año, ellos son los únicos que han pasado el corte de los dos que han participado. Algo muy desesperanzador ya que se había conseguido que la categoría, para fortuna del aficionado, entrara otra vez en la batalla. Pero viendo lo que vimos la noche del martes, no podemos decir ni mucho menos que el cuarteto está muerto en Málaga. Lo raro sería que a Víctor por ejemplo, no lo fichara el Morera. Habéis hecho historia chavales. Ojalá no tengamos que esperar otros tres años para disfrutar de vuestra poca vergüenza. Hay que seguir luchando por la supervivencia de los cuarteteros.

Y a los que os quedáis fuera aprovechando que actúa el cuarteto, no sabéis lo que os perdéis. Larga vida al cuarteto.