Benalmádena vive estos días un nuevo capítulo en su ya larga historia de polémicas políticas, después de que el secretario y consejero de Puerto Marina, José Manuel López Merino, haya sido condenado, en firme, a pagar una multa por hacerse pasar por abogado sin tener el título. La alcaldesa, Paloma García Gálvez (PP), cesó ayer en sus funciones al teniente de alcalde Francisco Salido, protector de López Merino, por no querer echarlo. «En mi equipo, nadie puede amparar a un condenado». La idea de la regidora es gobernar en minoría simple si los otros dos ediles de UCB se fueran, al menos hasta las municipales de 2015.

De cualquier forma, el problema viene dado porque en la localidad el PP, que tiene 11 ediles, gobierna con el apoyo de la UCB, que tiene tres, entre ellos Salido. La mayoría absoluta está en trece concejales, por lo que el escenario ahora, y hasta las municipales de mayo de 2015, está muy abierto y surgen varias interrogantes en el horizonte: ¿se van a ir los dos ediles de UCB, que aún no se han pronunciado? Si lo hicieran, el PP se quedaría en minoría. ¿Va a gobernar el partido sin mayoría absoluta? García Gálvez se reunió el lunes con el presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo, pero a preguntas de este periódico la regidora contestó: «Qué hablé con él se lo debe preguntar usted».

Lo que sí quedó claro es que Concepción Tejada es la edil de UCB que podría dar la espantada, aunque aún no ha dicho esta boca es mía. En cuanto a Juan Olea, las cosas están más claras. «Concepción Tejada no ha dicho nada, y Juan Olea sigue trabajando igual que hasta ahora», dijo la regidora de Benalmádena.

«Si no, gobernaremos en minoría hasta las municipales», precisó, para añadir luego que la idea es perseverar «en la misma línea, y trataremos de llegar a acuerdos puntuales con la oposición» para sacar adelante las iniciativas del último tramo de mandato, aunque el pleno estrella que queda es el de los presupuestos de 2015, aunque «hay procedimientos para sacarlos adelante», aunque luego se retrató como una mujer sumamente optimista: «Van a ser tan buenos que ni la oposición va a votar en contra».

En cuanto a la sentencia a López Merino, asegura que esta situación no es aislada, que afecta a la mano derecha de Salido y atenta directamente contra «la honradez, la transparencia y la honorabilidad. En cuanto a Benalmádena, llevamos dos años y medio de estabilidad y seguiremos dándole normalidad al municipio».

Por la mañana, García Gálvez dio una rueda de prensa y calificó de «flagrante» lo sucedido, e insistió en que sigue confiando en los otros dos ediles de UCB, «quienes tomarán sus decisiones estos días». Es el amparo de Salido, precisó, «lo que me mueve a tomar esta decisión».

«No puedo mantener la confianza en quien no es capaz de asumir ese principio, pretende amparar a un condenado, y además no atiende una obligación tan claramente expuesta por la máxima regidora de este Ayuntamiento». Lo cierto es que la alcaldesa también cesó en sus funciones al personal de confianza de Salido.

Reacción socialista El PSOE, por su parte, tachó la situación en el municipio de «crónica de una muerte anunciada» y llamó a «pasar página en 2015». El portavoz de los socialistas en la Diputación Provincial, Francisco Conejo, dijo en rueda de prensa que el pueblo «necesita un gobierno fuerte y pasar la página de los gobiernos conservadores».

Así, aseguró que su formación está preocupada por el futuro de la localidad, «no por el pasado», y consideró que debe abrirse una nueva etapa con el candidato socialista, Víctor Navas, «que tiene una nueva manera de entender la política, cercana, próxima y que los ciudadanos demandan».

Sobre si los socialistas podrían entrar en el gobierno local, afirmó que el PSOE concluirá este mandato en la oposición. «Vamos a terminar ahí, nuestro objetivo es mayo de 2015, para dar una alternativa sólida y que se olviden estos episodios que tanto daño han hecho a la ciudad», precisó.

IU pide una moción de confianza El coordinador de IU en Benalmádena, José Luis Centella, reclamó ayer, por su parte, que se someta a una cuestión de confianza en el pleno «para ver si tiene mayoría suficiente para gobernar» y le pidió que asuma su responsabilidad. «No puede decir que esto no va con ella», argumentó.