Los años dorados de Torremolinos también lo fueron para la apertura, diversidad y tolerancia social en la Costa de Sol. En los años 60, mientras España todavía vivía en blanco y negro y la homosexualidad se consideraba un crimen, una patología de gente rara y sin escrúpulos, en Torremolinos, la niebla que rodeaba a este aspecto comenzaba a aclararse y daba lugar a una de las zonas más plurales del país.

El turismo de la zona puso patas arriba todos los años anteriores, y a principio de los sesenta, el movimiento gay tocó la puerta de la provincia de Málaga para quedarse. A partir de ese momento, la costa estaba destinada a hacer historia en la liberación sexual, y así lo hizo. Durante casi una década, el ambiente y la ausencia de prejuicios permaneció hasta que la esencia todavía existente del franquismo hizo de las suyas en 1971 cuando se produjo la gran redada en pleno Pasaje Begoña, un conflicto en el que fueron detenidas más de 300 personas por su condición sexual.

Por ese motivo y por todo lo que representa este callejón que durante años fue emblema del colectivo LGTBI, se presentó este miércoles, 13 de febrero, en el Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley (PNL) para declarar al Pasaje Begoña de Torremolinos como cuna de los derechos y libertades de este colectivo, así como Lugar de Memoria Histórica.

La iniciativa de la Asociación Pasaje Begoña, persigue «promover acciones de promoción cultural que contribuyan a recuperar la memoria democrática del pasaje y de la redada del 24 de junio de 1971, donde personas de varias nacionalidades sufrieron represión por su orientación e identidad sexual».

El hoy denominado pasaje Gil Vicente, antiguo Pasaje Begoña, está más cerca que nunca de formar parte de la historia reconocida del país. El pasado miércoles, la Comisión de Cultura y Deporte celebrada en el Congreso aprobó esta proposición, por la que se solicita el reconocimiento de este espacio del centro de Torremolinos como Lugar de Memoria Histórica y de origen de los derechos y libertades de las personas LGTBI.

«Pese a la época de privación de libertades de la dictadura de Franco, aquí todas las personas eran bien recibidas y convivían en esta isla de libertad con independencia de su condición afectiva y sexual», señala el presidente de la asociación Pasaje Begoña, Jorge Pérez, quien ha hecho énfasis en la oportunidad de ofrece esta petición: «Es sólo una forma más de traer a la memoria, desde un punto de vista positivo, todo lo que significó y la historia que cuenta el pasaje y, por supuesto, tener el reconocimiento que se merece".

La petición que ha sido aprobada por unanimidad, insta también a la creación de un Archivo Histórico LGTBI y un centro de interpretación en este enclave, así como acciones de promoción cultural y difusión que contribuyan a recuperar la memoria democrática del lugar.

«Para los componentes de la asociación ha sido algo extraordinario y un gran logro. La repercusión ha sido tal que la ONCE nos va a dedicar un cupón e incluso la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre prevé dedicarnos un diseño en sus sellos», afirma Pérez.

Un antes y un después

Aunque lo más sonado de este pasaje fue la gran redada policial que tuvo lugar la noche del 24 de junio de 1971, la cual acabó con numerosas detenciones y deportaciones, así como sanciones y precintado de locales, clausuras, multas desorbitadas y más de 300 personas detenidas, la realidad es que este espacio antes de lo sucedido aquel verano fue ejemplo de diversidad cultural, tolerancia y respecto, al que personas de todo el mundo se acercaban para vivir la libertad que en resto del país y en muchas partes de Europa, todavía no se conocía.

La importancia de este lugar y su influencia social fue tal, que se le llegó a llamar «la pequeña Nueva York», un pueblo lleno de bares y clubes de ambiente gay muy reconocidos a nivel internacional como por ejemplo, el primer bar gay de España, el Tony´s Bar, punto donde se inició la redada, pero que convivía con tablaos flamencos, clubes de alterne, salas de jazz y discotecas de todo tipo.

Pese a la época de privación de libertades con la que se convivía, esta isla situada en plena Costa del Sol era otro mundo, algo por lo que por aquel entonces muchas personas gritaban: libertad y convivencia pacífica. «Era nuestro particular Stonewall Inn español, una diversidad integra en absoluta normalidad».

Durante la década dorada, el conocido Pasaje Begoña vivió numerosas llamadas de atención, para la que algunos eran «simple rutina del régimen franquista» y para otros testigos, «de risa», donde la autoridad decidió mirar hacia otro lado. Pero todo ello cambió, ese 24 de junio, cuando la policía hizo presencia en el callejón para hacerse con todo aquel que no gustaba, y anular toda libertad existente. A partir de esa noche, el silencio se hizo el protagonista del pasaje y de sus calles aledañas, los bares cerraron, los okupas llegaron y el ambiente anterior quedó deteriorado y olvidado.

«Fueron cientos de personas porque a las 300 detenidas hay que sumar las que se quedaron encerradas. Las retenidas se las llevaron a la calle Alcazabilla en Málaga, y fue dramático. Uno de los testimonios que nos ha ayudado a hacer esa recuperación de datos, nos contó que filmaron con magnetófonos a esas personas y tras llevarlos a la cárcel, se les pegaba y se les hacían pruebas indignantes para saber cual era su condición sexual y así, decidir su sentencia», asegura el presidente de la asociación.

Ahora vuelve a revivir gracias a las numerosas iniciativas que la asociación que lleva su nombre está poniendo en marcha, por ejemplo recuperar la estética y esplendor del callejón, haciendo que los nuevos locales rindan homenaje a aquellos años, y se incorpore al atractivo turístico del bulevar peatonal de la plaza Costa del Sol. Además, se anima a los comercios y comerciantes de la zona a organizar actividades entorno al Pride 2019, el cual se celebrará del 25 de mayo al 2 de junio. A estas se le suma la aprobación de la solicitud del reconocimiento de este espacio como Lugar de Memoria Histórica y de origen de los derechos y libertades de las personas LGTBI.

A esta recuperación de los recuerdos olvidados, está contribuyendo el estudio que ha puesto en marcha la Universidad Pablo Olavide y el cual se prevé que esté terminado antes de la celebración del Pride 2019. «Estamos descubriendo todo sobre el pasaje, como por ejemplo que Grace Jone comenzó sus primeras actuaciones en él». Esta investigación prevé publicarse el mes de abril y, gracias a ella, se conocerán todos los detalles y hechos tan desconocidos, pero no por ello menos importante de la historia de Torremolinos.

El Ayuntamiento también ha colaborado en el renacer comercial de este entorno y ha hecho un llamamiento a ciudadanos y empresarios que quieran poner también su pequeño grano de arena a la recuperación del pasaje Begoña. No sólo en el empeño de llevar la lograda petición al Congreso, sino animándoles para que cada proyecto permita revivir a alguno de aquellos negocios que en su día llenaron de vida esta emblemática zona.

La respuesta ciudadana no se ha hecho esperar y el pasado mes de noviembre abrió la inmobiliaria Pia Beck, que toma la estética del mítico bar The Blue Note, fundado por la propia pianista holandesa en el Torremolinos de los años 60. Y dentro de unos días, junto a la inmobiliaria, abrirá una agencia de viajes que llevará el nombre de La Sirena, un bar de los años 60 que también se vio afectado por la redada de principios de los 70.

La historia pasada de Torremolinos aún está inacabada, queda por conocer muchos más detalles que deben salir a la luz y que acompañar a memorias de Un discreto Frank Sinatra o nombres como Ava Gadner, Claudia Cardinale o Brigitte Bardot.